INTRODUCCIÓN

Los descubrimientos realizados fuera de la Puerta de Nola y en la Tumba de Obelio Firmo son analizados exhaustivamente por S. de Caro, «Scavi nell'area fuori Porta Nola a Pompei», Cronache Pompeiane 5 (1979), 61-101. La historia de estos y otros presuntos fugitivos es contada en Storie da un'eruzione (Tales from an Eruption), citado anteriormente. Se incluyen excelentes ensayos sobre la historia de los viajes y el turismo a Pompeya, y sobre sus presentaciones modernas en la literatura y el cine, en V. C. G. Coates y J. L Seydl, Antiquity Recovered: the Legacy of Pompeii and Herculaneum (Los Angeles, 2007); un relato muy vivo es también el que nos ofrece J. Harris, Pompeii Awakened: a Story of Rediscovery (Londres, 2007). El poema de Primo Levi (trad. ing. de Ruth Feldman) pertenece a su colección, Ad Ora Incerta (Milán, 1984).

La estatura de los antiguos pompeyanos y otras informaciones obtenidas de sus esqueletos son analizadas por M. Henneberg y R. J. Henneberg, en Horno Faber (vid. supra), pp. 51-53, y

«Reconstructing Medical Knowledge in Ancient Pompeii from the Hard Evidence of Teeth and Bones», en J. Renn y G. Castagnetti (ed.), Homo Faber: Studies on Nature, Technology and Science at the Time of Pompeii (Roma, 2002), 169-187. Los dientes y otras características físicas del grupo encontrado en la gran mansión (la Casa de Julio Polibio, IX. 13.1-3) son el tema tratado en M. Henneberg y R. J. Henneberg, «Skeletal Material from the House of C. lulius Polybius in Pompei,

79 AD», en A. Ciarallo y E. de Carolis, La casa di Giulio Polibio: studi interdisciplinari (Pompeya,

2001), 79-91. Un estudio definitivo de los esqueletos de Pompeya será E. Lazer, Resurrecting Pompeii (Londres y Nueva York, 2008). El niño pescador es estudiado por A. Butterworth y R. Laurence, Pompeii: the Living City (Londres, 2005; hay trad. cast.: Pompeya, Aguilar, Madrid,

2007), 207. La receta antigua para limpiar los dientes la da el farmacólogo latino Escribonio Largo

(Composición de los medicamentos, 60).

Importantísimos trabajos recientes se han centrado en la actividad sísmica en la región a partir de 62 d. C. y en las fases concretas de la erupción de 79. T. Fröhlich y L. Jacobelli (ed.), Archäologie und Seismologie: la regione vesuviana dal 62 al 79 DC (Múnich, 1995) es una importante colección de artículos sobre estos temas, algunos en inglés. Para el estudio de la fecha exacta de la erupción, véase M. Borgongino y G. Stefani, «Íntorno alla data dell'eruzione del 79 d. C.», Rivista di Studi Pompeiani (RStP) 10 (1999), 177-215, y G. Stefani, «La vera data dell'eruzione», Archeo 206 (2006), 10-13. Los especialistas modernos han seguido habitualmente (aunque sin tener ningún motivo particularmente bueno) a Tácito (Anales XV, 22) que sitúa el primer terremoto en 62, y no a Séneca, que lo sitúa en 63 (Cuestiones naturales VÍ, 1-3). Los resultados de la actual actividad sísmica en Herculano, con los cambios en la línea de costa que han provocado, son estudiados por el Herculaneum Conservation Project of the British School at Rome www.bsr.ac.uk/BSR/sub_arch/ B S R_Arch_03Herc.htm

Los daños provocados por los bombardeos durante la guerra es el tema de un interesante estudio (provisto de espectaculares fotografías) de L. García y García, Danni di guerra a Pompei: una dolorosa vicenda quasi dimenticata (Roma, 2006). El grafito de Africano en el Lupanar es interpretado (con excesiva seguridad) por J. L. Franklin, «Games and a Lupanar: Prosopography of a Neighbourhood in Ancient Pompeii», Classical Journal 81 (1986), 319-328. Los garabatos de los niños son analizados en A. Koloski Ostrow, The Sarno Bath Complex (Roma, 1990), 59; y las impresiones de la moneda son estudiadas por P. M. Allison y F. B. Sear, Casa della Caccia Antica (VÍÍ.4.48) (Múnich, 2002), 83-84. El grafito del meón puede encontrarse en el Corpus Inscriptionum Latinarum (CIL) ÍV, 4957. Para los parasites intestinales cuyos huevos fueron encontrados en la casa VI.i.4, véase www.archaeology.org/interactive/pompeii/fielcV5.html