Checoslovaquia, ocupada
El Protectorado de Bohemia y Moravia sería colocado bajo la supervisión de un Reichsprotektor, cargo desempeñado por Konstantin von Neurath. Los ocupantes comenzaron a sentar las bases de la nueva organización del país. Emil Hácha permanecería nominalmente con el cargo de jefe de Estado, bajo el nombre de presidente de Estado. Pero el funcionamiento del país quedaría bajo control germano; al frente de los ministerios se colocaría a alemanes del Reich y los cargos administrativos serían confiados a checos de origen alemán, mientras que la policía quedaría en manos de la Gestapo.
El pequeño país centroeuropeo se adentraba así en una negra etapa de la que tardaría seis años en salir. Mientras las calles de Praga veían proliferar las esvásticas y sus habitantes se disponían a adaptarse a la nueva situación, un alemán, el doctor Paul Steinberg, se hospedaba en un céntrico hotel de la capital. A pesar de que en sus documentos figuraba como Steinberg, se hacía llamar doctor Holm y tenía su residencia oficial en la llamada «casa de cristal», la sede del Abwehr en la capital checa. Pero este misterioso personaje era conocido por otros sobrenombres, como A-54 o Voral… En efecto, el doctor Holm o Steinberg no era otro que el enigmático alemán que había proporcionado información tan valiosa a los checos antes de ser invadidos por las tropas de Hitler.
En el mes de mayo de 1939, el doctor Holm se dispuso a buscar vivienda. La encontró al norte de la ciudad, en una tranquila zona residencial. El dueño de la planta baja que alquiló lo recordaría más tarde como un hombre «muy agradable, obsequioso y cortés», aunque nunca logró averiguar quién era en realidad ni en qué se ocupaba. Su casero recordaba también que utilizaba dos coches oficiales, uno de ellos con chófer, y que a menudo tenía visitas, en especial señoras. A pesar de que era alemán, consideraba que era «un verdadero amigo de los checos».
Mientras tanto, un grupo de agentes checos se había establecido en La Haya. Allí actuarían bajo la tapadera de una firma de exportación de carbones. Las actividades de los agentes checos exiliados se coordinaban en una tienda de antigüedades situada en el centro de la ciudad. A esa dirección, que había sido comunicada a A-54 para estar así en contacto permanente, llegó una postal de su contacto alemán; en ella les decía que había obtenido una representación comercial en Praga. Los checos se alegraron al conocer la noticia, ya que, además de las noticias de carácter militar, les podría transmitir informes de las condiciones de vida en el interior del país.
En una nueva postal enviada desde Praga, A-54 les anunció su próxima llegada a La Haya. La entrevista, que discurriría por los cauces cordiales de las reuniones anteriores, tendría lugar en la tienda de antigüedades el 3 de junio; en ella, el agente germano no les comunicó ninguna noticia de alcance. En cambio, en una nueva entrevista que tendría lugar a primeros de agosto, A-54 sí que pudo revelarles una información de importancia trascendental: Alemania se estaba preparando para invadir Polonia en breve.
Edificio que albergó el cuartel general de la Gestapo en Praga. Los
sabuesos de Himmler seguían de cerca la pista de «A-54».