36

Donde se describe la isla de los galeotes

Un día que María caminaba por las calles de Argel, un hombre con un enorme turbante color naranja la atajó, diciéndole en perfecto castellano: «Conque tú eres la que buscas a tu padre, que dicen está en las galeras. Yo sé dónde llevarte a buscarlo y doy casi por hecho que deberá estar ahí, si es gitano y fuerte y listo, como se dice. Hay una isla no muy lejos, donde han encontrado refugio miles de galeotes escapados, huidos, los que han sobrevivido a un naufragio, los que pudieron limar las cadenas y dejar de bailar al son del látigo del cómitre, los que escaparon del incendio, el que rompió en silencio y con perseverante paciencia el banco que lo sostenía, el que sobornó al socómitre, los que en la desesperación asesinaron al cómitre y al capitán. Viven juntos y, temiendo la justicia, no se atreven a salir a ciudad conocida. Viven en esa isla más que por el miedo a ser encontrados y vueltos a levantar para el remo, porque han hecho costumbre su infierno. Un infierno que no tiene su parte más abominable —el horror del remo, la vida atada a una cadena—, pero en el que continúan hacinados hombres con hombres, sin formas, ropas, costumbres, y sin mujeres. Ninguno quiere ser rescatado y no hay a quién pagarle rescate por ellos. Veneran como dios a unos animales repugnantes que pescan sin mayor esfuerzo. Celebran para estos bichos extrañas ceremonias que quieren hacer semejar misas y luego se los comen, sin guisarlos ni hacerlos pasar por el fuego.

Dicen que se han hecho de oro en cantidades grandes, pero no quieren ni gastarlo ni contarlo. No visten ropas y no parece importarles enseñar sus vergüenzas. Como en la galera, se quedan sentados donde mismo hacen sus necesidades, su isla hiede peor que las de los pájaros.

¿Quieres que te lleve a ellos? Yo te llevo, bailaora, y ahí buscas tú a tu padre. Me dices si quieres».

Fin de la breve descripción de la isla de los galeotes.

La otra mano de Lepanto
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
dedicatoria.xhtml
cita.xhtml
Section0001.xhtml
Section0002.xhtml
Section0003.xhtml
Section0004.xhtml
Section0005.xhtml
Section0006.xhtml
Section0007.xhtml
Section0008.xhtml
Section0009.xhtml
Section0010.xhtml
Section0011.xhtml
Section0012.xhtml
Section0013.xhtml
Section0014.xhtml
Section0015.xhtml
Section0016.xhtml
Section0017.xhtml
Section0018.xhtml
Section0019.xhtml
Section0020.xhtml
Section0021.xhtml
Section0022.xhtml
Section0023.xhtml
Section0024.xhtml
Section0025.xhtml
Section0026.xhtml
Section0027.xhtml
Section0028.xhtml
Section0029.xhtml
Section0030.xhtml
Section0031.xhtml
Section0032.xhtml
Section0033.xhtml
Section0034.xhtml
Section0035.xhtml
Section0036.xhtml
Section0037.xhtml
Section0038.xhtml
Section0039.xhtml
Section0040.xhtml
Section0041.xhtml
Section0042.xhtml
Section0043.xhtml
Section0044.xhtml
Section0045.xhtml
Section0046.xhtml
Section0047.xhtml
Section0048.xhtml
Section0049.xhtml
Section0050.xhtml
Section0051.xhtml
Section0052.xhtml
Section0053.xhtml
Section0054.xhtml
Section0055.xhtml
Section0056.xhtml
Section0057.xhtml
Section0058.xhtml
Section0059.xhtml
Section0060.xhtml
Section0061.xhtml
Section0062.xhtml
Section0063.xhtml
Section0064.xhtml
Section0065.xhtml
Section0066.xhtml
Section0067.xhtml
Section0068.xhtml
Section0069.xhtml
Section0070.xhtml
Section0071.xhtml
Section0072.xhtml
Section0073.xhtml
Section0074.xhtml
Section0075.xhtml
Section0076.xhtml
Section0077.xhtml
Section0078.xhtml
Section0079.xhtml
Section0080.xhtml
Section0081.xhtml
Section0082.xhtml
Section0083.xhtml
Section0084.xhtml
Section0085.xhtml
Section0086.xhtml
Section0087.xhtml
Section0088.xhtml
Section0089.xhtml
Section0090.xhtml
Section0091.xhtml
Section0092.xhtml
autor.xhtml