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Cuando escribes, cargas un navío. Mas pocos navíos arriban. Naufragan en el mar. Hay pocas frases que continúan su resonancia a través de la historia. Porque quizá he querido significar mucho; pero aprisionado poco.
Y aun este problema: Importa enseñar a asir más que a identificar. Importa enseñar a erigir las operaciones de captura. Aquél que me muestras, ¿qué me importa lo que sabe? Tanto como el diccionario. Sino lo que es. Y aquél ha escrito su poema y lo ha llenado con su fervor, pero nada ha conseguido de su pesca. Nada ha traído de las profundidades. Me ha señalado la primavera, pero no la ha creado en mí, en la medida en que hubiera podido nutrir mi corazón.
Y yo escuchaba a lógicos, historiadores y críticos, advertir que la obra, cuando es fuerte, se expresa por el plan; porque se convierte en plan lo que es fuerte. Y si en un comienzo se me presenta un plano de la ciudad, es que mi ciudad está expresada y que está hecha. Mas no es él quien funda la ciudad.