La cajita
Ismael Rodríguez Laguna
España
El Rey absoluto del Reino de Alkiatán es un Rey con corona. Lleva su pesada corona puesta en la cabeza en todos los actos oficiales. La lleva puesta en sus reuniones con los ministros. La lleva puesta cuando yace en su alcoba con la Reina y también cuando se duerme después.
El Rey no puede quitarse la corona, pues se le soldó a su cráneo cuando subió al trono. Pero eso no es lo más peculiar.
La corona tiene dos electrodos, en ambas sienes, que pueden producir unos cinco mil voltios. Pueden activarse en cualquier momento. Pero no sin motivo.
Todos los ciudadanos de Alkiatán poseen una cajita con un botón. Algunos guardan su cajita en el trastero de su casa, bajo cajas llenas de objetos olvidados. Otros la ponen sobre su mesilla de noche, junto al reloj despertador. Otros la llevan siempre en el bolsillo.
Cualquier ciudadano puede, cuando quiera, pulsar el botón de aquella cajita para activar los electrodos de la corona del Rey.
Cuando esto sucede, el difunto Rey es enterrado en solemnes funerales de Estado y una comitiva real conduce a palacio al ciudadano que pulsó el botón. Tras limpiar la corona del difunto Rey, se le colocan nuevos electrodos y se suelda al cráneo de dicho ciudadano, que queda proclamado nuevo Rey.
A veces, un ciudadano descontento escucha por la radio una medida política que le desagrada especialmente. Entonces, ese ciudadano se lleva la mano al bolsillo y acaricia con su dedo el botón de su cajita.
Casi nunca pulsan.
Ismael Rodríguez Laguna es profesor universitario en la Facultad de Informática de la Universidad Complutense de Madrid. Es editor de Sci-Fdi, la revista de ciencia ficción de su facultad, donde publicó dos cuentos. El resto de sus relatos accesibles al público están disponibles en su blog, Historias tras salir del Mundo Ciénaga. Respecto a sus gustos literarios afirma que, tanto cuando lee como cuando escribe, siente especial debilidad por las historias de ciencia ficción algo desconcertantes que, súbitamente, cobran una armonía diáfana al llegar a un desenlace sorprendente, así como por la ciencia ficción donde la ruptura de la realidad y los casos extremos se utilizan para mostrarnos algo sobre la naturaleza humana, algo que quizás no podría expresarse tan bien desde un mundo normal.