Eliza
Jorge Chípuli
México
En el funeral se quedó sentada mucho tiempo, sin expresión alguna. Los asistentes se asomaban a su mirada de sangre fría. No había órdenes que cumplir ni lágrimas que llorar.
Finalmente se acercó al cadáver de su padre. Un mecanismo se activó al detectar la presencia de la rapaz. Los ojos sin vida se abrieron y emitieron una señal infrarroja: debía eliminar a todos los presentes. También tenía que besarlo en la boca para extraer la última pieza del rompecabezas. Tragó el contenido, el cual se integró a su organismo entibiando su sangre. Recordó cada una de las ejecuciones efectuadas en su pasado. Miró a las personas que pronto tendría que hacer pedazos, al hombre que yacía ante ella, y rompió en llanto.