Innominada
Patricia Nasello
Argentina
El primer caso se registró hace cien años. Corresponde a un tal Gregorio Samsa.
—Que un hombre joven, saludable, trabajador, amanezca transformado en una cucaracha, es un hecho insólito —declararon las autoridades—. Sería un error distraer parte del erario público para estudiar y disponer medidas sanitarias, puesto que esta situación es extraordinaria —concluyeron.
Tres meses después se produjo un segundo caso, para entonces Gregorio llevaba once días muerto; a través de los dichos de una empleada de la familia Samsa, se supo que su cadáver fue depositado en el tacho de la basura. Nadie protestó: circulaba la versión de que Gregorio tenía tratos con el diablo.
Ese año se contabilizaron un total de diez enfermos. Al finalizar el año siguiente, ellos también estaban muertos. Y se habían sumado otros doscientos casos. Doscientos es el número oficial, se acepta que fueron más, sus parientes no lo daban a conocer por tratarse de una enfermedad vergonzante: por entonces se aseguraba que las víctimas habían tenido un comportamiento sexual depravado.
Los médicos más destacados del mundo se reunieron bajo el lema “Enfermedad Innominada: Posibles Tratamientos”.
Nadie supo indicar cuál era el tratamiento adecuado.
Y seguimos sin saberlo, aún hoy.
El número de víctimas se cuenta por millones.
Los hombres de fe hablan de castigo divino:
—El mundo entero ha devenido en una nueva Sodoma. Dios, asqueado de nuestros vicios, está aplicando Su Justicia —dicen.
Los ateos se contentan con explicaciones políticas:
—El Fondo Monetario Internacional lanzó a la atmósfera una bomba biológica destinada a acabar con los países tercermundistas, pero le fallaron los cálculos.
—Los comunistas hacían experimentos genéticos usando como conejillos de indias a los disidentes al régimen. Y ahora todos pagamos las consecuencias.
—Los judíos tienen la culpa.
Por su parte, las autoridades reconocen que la enfermedad innominada reviste las características de epidemia.
Permanecí a su lado, observándola pasear por las paredes, alimentándola. Su agonía duró dos semanas. Llegado el momento, coloqué sus restos en la caja de las alianzas de casamiento, a la caja la enterré bajo el fresno que plantamos juntos.
Tengo miedo.
Nunca antes había deseado desplegarme y dar un vuelo corto alrededor de la mesa, como ahora.
Patricia Nasello ha publicado un libro de microrrelatos: “El manuscrito”, en 2001. Ha participado en distintas ediciones de La Feria del Libro de su ciudad. Tiene trabajos publicados en diversos blogs, como así también en revistas digitales. Colaboró y colabora con diversos medios gráficos: Otra Mirada (revista que publica el Sindicato Argentino de Docentes Particulares, Córdoba, Argentina), Aquí vivimos (revista de actualidad, Córdoba, Argentina), La revista (revista que publica la Sociedad Argentina de Escritores, secc. Córdoba, Argentina), La pecera (revista/libro literaria, Mar del Plata, Argentina), Signos Vitales (suplemento cultural, Mar del Plata, Argentina), La Voz del Interior (Periódico matutino, Córdoba, Argentina), Página 12 (Periódico argentino), Tiempo Argentino (periódico argentino), La Jornada (periódico mexicano).
Participa, prologa y presenta “Cuentos para Nietos”, antología de cuentos para niños, 2009. Ha ganado diversos premios literarios entre los cuales se nombran: Primer Premio concurso nacional Manuel de Falla categoría ensayo 2004, Alta Gracia, Argentina. Tercer Premio concurso iberoamericano de Cuento y Poesía Franja de Honor Sociedad Argentina de Escritores, 2000, Córdoba, Argentina. Finalista concurso internacional Escuela de Escritores en honor a Gabriel García Márquez, Madrid, 2004. Distinción especial concurso nacional “Diario La Mañana de Córdoba”, cuento breve, 2004, Córdoba, Argentina. Segunda mención Concurso minificciones.com.ar, enero 2011. Ganadora por jurado séptima, octava y décima quincena Concurso Minificciones en Cadena, 2011. Ganadora Segunda Edición Concurso Minificciones con Imágenes.