Crónica policial: Catástrofe en un ángulo de 90º
Marcelo Huerta San Martín
Argentina
Una tragedia devastó a una familia durante la inauguración del primer Umbral Visitante entre Nuevos Aires y Comodoro Rivadavia cuando un atentado en el punto de destino descalibró el equipo de recepción, matando a tres personas en el acto.
Los primeros voluntarios seleccionados para cruzar por el nuevo Umbral fueron Emilio Márquez (42) y sus hijas Andrea (15) y Carmen (7). Márquez llevaba a Carmen en brazos y cruzó a paso vivo al mismo tiempo que Andrea, impulsado por lo que llamó “un temor supersticioso”. Consultado minutos antes del ataque, Márquez había expresado gran alegría ante la inauguración, ya que el dispositivo les permitiría visitar con frecuencia a sus familiares de Chubut, a los que veían muy poco. En particular, Carmen estaba muy entusiasmada porque volvería a ver a sus abuelos.
Lo que ellos ignoraban era que miembros de Nuestro Mundo es del Señor, un grupo pentecostal antivisitante, detonaban un explosivo de alta potencia que horas antes había sido preparado en una camioneta ubicada en las proximidades del Umbral de llegada. La detonación descalibró el equipo de captación de destino, motivando que el Umbral de salida quedara orientado de cara al pavimento en el preciso instante de la recepción. Los tres viajeros fallecieron al instante.
El grupo religioso Nuestro Mundo es del Señor es una organización pentecostal cuya posición doctrinaria, hecha pública dos años luego de la Venida, indica que los visitantes son manifestaciones demoníacas que deben ser destruidas, así como todo intento de los mismos para imponer su tecnología (“satánica”, según la secta), sus “ideas disolventes” y su “inmunda concepción del acto sexual como una actividad deseable y sana para un número ilimitado de participantes de cualquier sexo, donde toda práctica consentida es válida”.
Sirel, responsable visitante de la instalación de Comodoro Rivadavia, declaró que varios de los controles de seguridad del Umbral incluidos en el diseño original habían sido omitidos, y que solicitaría una completa investigación de la responsabilidad del gobernador de Chubut en el suceso ya que, según declaró, el gobernador exigió plenos poderes sobre el proyecto e incluso llegó a impedir la labor de los veedores visitantes que debían supervisar la construcción.
Sobreviven a las víctimas la esposa de Emilio y madre de las niñas, Elisa Andrade (36) y la hija menor de la familia, Analía (3).