Domingo en el Zoo
Paz Monserrat Revillo
España
La visita anual al Zoo fue, como siempre, agotadora. Y un poco deprimente, la verdad. Los niños la disfrutaron, claro, corriendo de aquí para allá, riéndose de lo que hacían los macacos, esquivando pavos reales albinos, subiendo al trenecito…
Reconozco que con las nuevas instalaciones todo tiene un aire más aséptico, más moderno. Hasta los delfines lucen más lustrosos y disciplinados.
Solo las jaulas situadas al fondo del parque conservan la antigua atmósfera decadente, ese tufo característico de zoológicos y circos. Allí se guardan los animales más antiguos, los olvidados, los que ya no están de moda. Un dientes de sable lleno de sarna se mueve en círculos dentro de su jaula mientras unos dodos medio desplumados deambulan picoteando restos de bolsas de patatas por afuera. Los mamuts resoplan de calor en su charco hediondo y el último tigre de Tasmania observa lo que queda del mundo con sus ojos amarillos.
Pero lo más impactante fue volver al recinto de los primates. En la última jaula, agarrado a los barrotes, un desdentado Neanderthal me miraba fijamente. Como si me reconociera. Como si quisiera decirme algo. Esa imagen me persigue como una culpa. Maldito sea el momento en el que se permitió a las empresas privadas jugar a ser dioses con la biotecnología.
Paz Monserrat Revillo vive en Molins de Rei, Barcelona, España. Nació en Tortosa en 1962. Está casada y tiene cuatro hijos. Es Licenciada en Biología y profesora de secundaria en un instituto de Sant Joan Despí (Barcelona). Master en Educación Ambiental. Ha ganado varios premios literarios: Primer Premio de microrrelatos DDOOSS (Valladolid), Segundo Premio en el II Certamen “Cuéntanos tu viaje” (Areas, Barcelona), y ha quedado finalista en varios certámenes más (Acumán, grupo Búho, certamen literario “El laurel”, Premio Ciudad de Getafe, Relatos breves Sant Joan Despí). También ganó el Primer Premio como coordinadora de un trabajo para el certamen de jóvenes investigadores (1996). Desde Enero 2013 publica sus relatos en su blog “Crónicas desenfocadas“.