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A Katie le hizo sentir alivio que Jacob estuviese sentado en su regazo cuando pasó aquello.
Ray, Jamie y Tony parecían estar ocupándose de todo y cuanto ella tenía que hacer era abrazar a Jacob y esperar que no lo afectara demasiado lo que estaba presenciando.
Al final, pareció extrañamente imperturbable. Nunca había visto a dos adultos pelearse en la vida real. Por lo visto, el abuelo y aquel tipo estaban siendo como Power Rangers. Aunque a Katie le costó recordar haber visto sangre en un vídeo de Power Rangers y papá no había hecho ninguna voltereta ni una patada de kárate.
De no haber estado Jacob en su regazo, Katie no tenía ni idea de qué habría hecho. Estaba claro que papá sufría terriblemente, y que tendrían que haber prestado mayor atención a que saliera corriendo y al consumo de Valium. Por otra parte, se diría que uno habría podido esperar al final de la comida y luego llevarse a quien fuera a la calle para pegarle, en lugar de joderle el banquete de boda a su hija, por muy mal que se sintiera.
Y estaba claro que mamá se había quedado horrorizada al descubrir que papá sabía lo de David Symmonds. Pero ¿por qué demonios había invitado a ese tipo a la boda, para empezar?
En general, Katie agradecía no haber tenido que averiguar qué sentía con respecto a todas esas cosas mientras consolaba a cualquiera de sus padres, o bien podría haberse vuelto ella también un poquito Power Ranger.
Fue Jamie quien salvó la situación (La estrella del partido, como bien dijo Ray). Katie no tenía ni remota idea de qué iba a decir su hermano cuando se puso en pie para pronunciar el discurso (Jamie confesó más tarde no haberla tenido tampoco) y estaba nerviosa, aunque no tan nerviosa como mamá, que se las apañó para desgarrar la servilleta de tela mientras Jamie hablaba, obviamente convencida de que su hijo estaba a punto de explicarle a todo el mundo por qué papá había hecho lo que había hecho.
Pero la historia de que no se llevaban bien en el trabajo fue un toque de genio. De hecho, a la gente le entusiasmó tanto la idea que más avanzada la fiesta Katie oyó varias explicaciones por completo distintas de por qué su padre le guardaba rencor a su antiguo colega. Según Mona, David había difundido rumores para impedir que le dieran el puesto de director. Según el tío Douglas, David era alcohólico. Katie decidió no llevar la contraria. Sin duda para cuando concluyera la velada David habría asesinado a uno de los trabajadores de la fábrica y enterrado el cadáver en un bosque cercano.
Sí pontificó un poco ante Ray sobre el comportamiento de sus padres, lo que no sirvió de mucho. Pero él no hizo sino reírse y rodearla con los brazos y decir:
—¿No podemos intentar divertirnos un poco a pesar de tu familia?
Como gesto de buena voluntad, puesto que se trataba de su boda, Katie decidió admitir que Ray tenía razón. No en voz alta, como es obvio. Sino no contestando.
Ray sugirió que se emborrachara, lo que resultó bastante buena idea, pues cuando su padre reapareció y se acercó para disculparse ya casi era incapaz de recordar lo que había pasado antes, no digamos ya de que le importara, y pudo darle un abrazo, que fue probablemente el más diplomático de los resultados.
Cuando dieron las once estaban sentados en un pequeño círculo en el extremo del césped. Ella, Ray, Jamie, Tony, Sarah, Mona. Estaban hablando de que el hermano de Ray estuviese en la cárcel. Y Jamie se quejó de que no le hubiesen revelado antes tan emocionante información. De forma que Ray le dirigió una mirada que recordó un poco a la de un padre porque ése no era en realidad un tema de cotilleo para entretenerse, y les contó a todos lo de las drogas y los coches robados, y el dinero y el tiempo y el dolor de corazón que sus padres habían invertido en tratar de hacerle volver al buen camino.
Sarah dijo:
—¡Caray!
Y Ray añadió:
—Al final acabas por darte cuenta de que los problemas de los demás son los problemas de los demás.
Katie lo envolvió en un abrazo ebrio y le dijo:
—No eres sólo una cara bonita, ¿eh?
—¿Bonita? —intervino Tony—. Creo que no llegaría tan lejos. De facciones duras, quizá. Decididamente machote.
Ray había bebido para entonces la suficiente cerveza para tomárselo como un cumplido.
Y a Katie le puso un poco triste que no fueran a llevarse consigo a Jamie y Tony a Barcelona.