Principio 70

Para bien o para mal, el entorno siempre condiciona, e incluso a veces puede llegar a alterar de forma sustancial nuestra vida.

Por eso es tan importante tener una serena y permanente conciencia de la temperatura del ambiente que nos rodea. Aplicarle de forma habitual el termómetro del análisis para saber y concluir si aquel clima coincide con el de nuestro cerebro.

Hay entornos que estimulan y otros que frenan; unos en los que mucha gente sueña por ser, y otros donde se duermen en lo que han sido; unos que apuestan por lo nuevo y otros que se encadenan a lo trillado. En unos domina la libertad y en otros la limitación.

Cuando está en fase expansiva, nuestro cerebro no puede permitirse la miseria de aceptar limitaciones. Simplemente, porque éstas siempre son ataduras y tabiques impuestos por la tradición, el temor a perder influencia y poder por parte de los establecidos dominantes o, simplemente, por la viscosa y apática abulia que frena cualquier cambio sobre lo que ya existe. La comodidad siempre es un ancla para la vitalidad.

A quienes tienen su cerebro en ebullición hay que recordarles que son unos afortunados potenciales, porque su momento coincide con la mayor época de expansión de la humanidad. Jamás hubo tanta gente estudiando y preparándose, tanta calidad y cantidad de tecnología fácilmente accesible, tantos pasaportes en activo para moverse con libertad por el mundo, tanta información que contribuye a que la maldad silenciada vaya siendo, cada vez más, maldad proclamada y denunciada.

Quien quiera cambiar el mundo no puede quedarse en su aldea. Hay que ir donde existe la acción alentada por la ambición y la libertad colectiva. El pensamiento creativo es una semilla con un inmenso potencial para dar frutos. Pero para crecer, necesita ser plantada en una tierra fértil, bien regada y soleada. Los ambientes cerrados, temerosos, excluyentes y represivos sólo producen parálisis, hipercontrol y, con el tiempo, mezquindad: la económica y la intelectual.

Nuestros frutos siempre vienen condicionados por el lugar donde germinan nuestros pensamientos.

Piensa, es gratis
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