Aleksandr Yakovlev
Yakovlev, un veterano de la Segunda Guerra Mundial que en una ocasión fue embajador en Canadá, fue sacado de su cargo lejano para convertirse en compañero intelectual de Gorbachov y uno de sus principales consejeros. Juntos intentaron reformar la Unión Soviética para salvarla. Su promoción de la reforma democrática le valió el impresionante apodo transcultural de «Padrino de la glasnost». Pero mientras Gorbi intentaba apaciguar la cólera de los partidarios de la línea dura, los dos amigos emprendieron caminos separados. Yakovlev se marchó del Partido Comunista justo antes del golpe y después de prevenir a Gorbi de que se avecinaban problemas. Después se dieron un beso e hicieron las paces y Yakovlev siguió luchando por la democracia y por la libertad de prensa en Rusia. Sus logros fueron tan ampliamente reconocidos, que a su muerte en 2005 todos los políticos pertenecientes al espectro político ruso le alabaron por haber impulsado al país hacia delante.