El oro checo
Una de las leyendas que surgió del asunto siberiano fue la siguiente: de los ocho vagones de tren del oro del zar que atrapó la legión checa, solamente siete fueron entregados a los soviéticos a cambio de la libertad de la legión (junto con Kolchak) y de vía libre para salir de Rusia. ¿Qué sucedió con el otro vagón cargado de oro?
Por supuesto nadie lo sabe. Los soviéticos no eran unos guardianes precisamente escrupulosos, pero está claro que la cantidad de lingotes de oro que el gobierno provisional heredó del zar, y que después terminaron en manos de los bolcheviques, era considerablemente menor que la que había ostentado el zar. Y los checos no hablaron del tema excepto para refutar la historia en 1924, diciendo que una parte había sido robada ante las mismas narices de los guardias rusos. Lo que es indiscutible es que después de la Primera Guerra Mundial se estableció el Banco de la Legión Checa en Praga. El edificio del banco presenta escenas en relieve de la retirada de la legión a través de Rusia.
Tal vez como posible venganza, el banco fue saqueado por los soviéticos en 1945, cuando invadieron el país después de la Segunda Guerra Mundial.