El rey leproso de Jerusalén
De todos los reyes cruzados que gobernaron en Tierra Santa, tal vez el más poco corriente fue el rey leproso de Jerusalén. Los líderes cruzados, ya fuera para dar testimonio de su espíritu igualitario, ya como muestra de su desesperación, en 1174 nombraron rey a un leproso de trece años. Conocido como Balduino IV, fue ensalzado por su valentía, inteligencia y previsión. Mientras sus ojos aún funcionaban, lideró a las fuerzas cristianas contra el legendario líder musulmán Saladino y luchó contra él en igualdad de condiciones.
A pesar de que las partes del cuerpo del rey se iban marchitando, no dejaba de acumular victorias en el campo de batalla, recuperando así temporalmente el poder del reino de Jerusalén. Tras haber reunido todas sus fuerzas para presentar batalla contra el ejército de Saladino, en 1185, cuando contaba veinticuatro años, murió de lepra poco después de su batalla final. Igual que su rostro y su cuerpo devorados por la enfermedad, su leyenda también se perdió a lo largo de los siglos.