Año 1879
Ésta es una historia que trata de excrementos de ave. Antes de principios del siglo XIX, los excrementos de las aves, también conocidos comercialmente como guano, casi no tenían valor. Las aves hacían sus necesidades, fin de la historia.
Pero, durante la revolución industrial, se descubrió que la pestilente sustancia contenía valiosos nitratos que se podían usar en la fabricación de fertilizantes y explosivos. En la costa occidental de Sudamérica, en lo que ahora se conoce como Perú y Chile, las montañas de guano que se alineaban a lo largo de la costa se convirtieron de pronto en el objeto de un desagradable tira y afloja entre tres países que se saldó con muchas, demasiadas muertes.
Perú, Bolivia y Chile, recientemente liberados de su amo colonial, España, que había conquistado el continente a finales del siglo XVI, estaban luchando para ocupar en el mundo sus lugares como naciones independientes. Cada país, gobernado por las élites europeas heredadas de la nobleza española, continuaba despiadadamente con el expolio económico de los recursos de sus países para el beneficio de sus reducidas clases gobernantes.
La ingenuidad política de las clases gobernantes las llevó a cometer muchos errores. En primer lugar, no tenían ni idea de cómo gobernar un país. Los españoles habían creado un codicioso imperio basado exclusivamente en su sed de oro y plata.
Estos tres países fueron abandonados en un estado de desarrollo tan incipiente, que no sólo estalló la guerra por el guano, sino que los peruanos, que fueron arrastrados a la disputa por un tratado secreto con su vecina Bolivia, que había iniciado la guerra contra Chile sin preguntar a los peruanos si querían unirse a ella, siguieron luchando hasta mucho después de haber perdido la guerra, sin ni siquiera saberlo.