Escapar de las emociones negativas, abrirse al mundo
Alicia no era consciente de que seguía al pie de la letra, efectivamente, la receta del neurólogo portugués Antonio Damasio para salir de ese amor descabellado. «La única manera de escaparse de una emoción negativa consiste en emocionarse de nuevo con otra de la misma intensidad pero de signo contrario»; ésa fue la máxima de Damasio que hizo suya Alicia. Una máxima más fácil de decir que de hacer, por una razón que no escapa a nadie: es tremendamente difícil liberarse del imperio de una emoción negativa, como un gran desamor, sin cortar con las costumbres y entornos resabidos. Tarde o temprano no hay más remedio que dejar de ir a los mismos bares de antes, los restaurantes del barrio, cambiar de peluquero y de lavandería, inhibirse ante los ruidos de antaño, anatemizar cualquier suspiro, fragancia o palabra que traiga recuerdos del pasado. En ningún caso olvidarse, además, de las dos pautas comprobadas en todos los hemisferios, a lo largo del último medio siglo y aplicables a cualquier desajuste emocional: una dieta adecuada y un mínimo de ejercicio físico.