Una relación atormentada: el mariachi
Se conocieron en casa de María, amiga de Alicia desde tiempo inmemorial, una amistad fraguada poco después del desembarco familiar en México.
Fue con motivo de la boda de una hermana de María, Angélica. Los novios habían invitado, no a una orquesta, que estaba fuera de sus posibilidades económicas, sino a tres mariachis, entre los que figuraba el apuesto y arrogante Benjamín Alberto. El mariachi deslumbró a todos los asistentes porque supo cantar una bulería sevillana recién traída del otro lado del Atlántico con una soltura increíble y un sentimiento invasivo que tuvo cautivados a los invitados durante el resto de la noche. Los aplausos de todos los asistentes sonaron de modo estrepitoso cuando Angélica se descolgó, repentinamente, uniendo su voz a la de Benjamín Alberto; obviamente, el novio no estaba preparado para tanta emoción, y a partir de entonces no es que fuera incapaz de articular una sola palabra, sino que lloró a lágrima suelta.