El nacimiento de la heredera
Emitido el 1 de noviembre de 2005
Este fin de semana de puente hemos cambiado la «Operación retorno» por la «Operación retoño». Millones de personas atrapadas en atascos, mañana se debate el Estatut (otro atasco), partidos de la Champions, sigue el pollo de la gripe aviar, suben las hipotecas… Peto todo eso ya no importa nada porque tenemos a… ¡¡«la heredera»!!, que parece un nombre de culebrón de sobremesa sobre una niña que ha nacido en un puente y va a vivir en un palacio.
Según Sofía (no la capital, sino la Reina), su nieta es gordita y redonda. Claro, la Reina tiene visión de futuro y ya se la imagina con cara de moneda de euro (se rodea la cabeza con los brazos y pone cara de moneda con los carrillos hinchados).
Estábamos todos haciendo quinielas sobre el nombre. ¿Cómo se llamará: «Jeni Primera de España», «Conchi de Borbón», «Vanesa, la Duquesa»…? Y van y le ponen Leonor, que suena a suavizante. Si es que dan ganas de regalarle una arielita… Leonor. Un nombre actual, sí señor. ¿Cuántas niñas no conoce uno que se llamen Leonor? Bueno, y habrá que esperar al bautizo. Fíjate lo que pasó con Felipe-Juan-Froilán-de-Todos-los-Santos… Es que a la Familia Real, con los nombres, le pasa como a Marichalar con los colores: como no saben cuál elegir, se los ponen todos. Leonor. Los niños le preguntarán: «¿Hola, cómo te llamas?». «Yo, Leo». «Ya y yo voy al cine… Pero ¿cómo te llamas, mona?».
Yo creo que esta noticia es de ésas que pasarán años y todavía recordarás lo que estabas haciendo cuando te enteraste. Como el atentado de las Torres Gemelas, la muerte del Papa o la expulsión de Idaira. A mí, la noticia me pilló a las 2.30 de la mañana haciendo un pedido en la Teletienda de una mopa que «atrae el polvo». A ver si así atraigo… En fin, que estaba con el teléfono y me llega un mensaje SMS, que, como todo el mundo sabe, «SMS» es la abreviatura de «Sus Majestades»… pues me llega el mensaje: «El heredero ha sido niña». Que pensé: qué modernos. Igual la Casa Real saca negocio de todo esto: «Envía REAL Leonor al 5555 y bájate los eructitos de tu futura Reina».
Lo que ha sido una faena es ponerse de parto justo el día que cambia la hora. Me imagino a Felipe: «¿Cuándo has tenido la última contracción?». «Pues no sé. Hace media hora». «Pero ¿de la hora antigua o de la nueva?». Un follón. Total, que a las siete y media el Príncipe ya no pudo más y llamó a la clínica: «Ruber, te necesito».
Con la precipitación, los compañeros de la prensa tuvieron que dejar lo que estaban haciendo para ir corriendo a la clínica. Aparecieron con botas de montaña, trajes de neopreno, capucha y látigo rollo sado… Oye, cada uno en su casa hace lo que quiere… Incluso un reportero que tenía a su suegra en casa se la tuvo que llevar porque no se creía que se fuera a trabajar a esas horas. Y luego todos preguntando cosas superimportantes: «Su Majestad, ¿van a repartir cuarenta millones de puros?». «¿A quién se parece?». «Como ha sido niña, ¿es de sangre azul o rosa?»…
Por cierto, y esto no es coña, la noche del parto, un bar de al lado de la clínica Ruber estuvo toda la noche abierto para atender a los periodistas. Pues se ve que alguien lo denunció. ¡Y le han multado por incumplimiento de horario! Cuánta envidia hay en España… Total, ¿qué se pudo sacar? ¿Cinco millones de pelas en una noche? ¿Qué es eso comparado con la buena voluntad de ayudar a los más necesitados…?
En fin, el parto fue por cesárea y todo bien. Para evitar paparazzis, seguro que pusieron a Leonor en una incubadora con los cristales tintados. Y luego salió Felipe a hacer las primeras declaraciones. Se le veía radiante porque había sido padre, pero sobre todo porque por fin podía hablar con la prensa sin que Letizia le cortara.
Lo que está claro es que Leonor, nada más nacer y sin abrir la boca, ha conseguido que el PP y el PSOE estén de acuerdo en cambiar la Constitución. Bueno, Maragall ya la quiere nombrar consejera. Con eso, se lo digo todo.