Rumores

Emitido el 3 de febrero de 2005

Hoy se ha sabido que unas fotos de un marine secuestrado en Iraq, en realidad eran fotos trucadas con un Madelman. Si hubiera sido un vídeo, ya me veo a los soldados cantando: «Los marines de Famosa se dirigen para Iraq…».

Y no es la primera vez que se confunden. De hecho, la CIA creía haber visto un arsenal de armas de destrucción masiva, y en realidad era el Fort Apache de los Clicks de Famobil.

La fotografía apareció en una página web de una organización islamista que aseguraba tener secuestrado al marine. Según fuentes confidenciales, en la web había otros mensajes como: «Tenemos a dos periodistas secuestradas. Se llaman Nancy y Barriguitas. O pagáis o secuestramos también a la Chochona».

Eso demuestra que los periodistas tampoco se lo curran mucho contrastando la información. No es por nada, querido gremio, pero estamos pasando una época difícil. Ven la foto y venga: cortar y pegar. «Oye, que en la metralleta pone Feber». Y el otro: «Pone Feber, pone Feber… ¿Qué sabrás tú? Que vienes del "¡Qué me dices!"».

También es verdad que en la era de la información corren muchas historias que, al final, no sabes si creértelas o no. Por ejemplo, lo del Baileys con Coca-Cola. Aquello que dicen que si los mezclas se te hace una pasta en el estómago que se endurece y te mueres. Y luego ves en el anuncio tíos flotando y piensas: «Ya puedes flotar ya… que como te meta una Coca-Cola, verás». Yo no sé si es cierto, pero un día tenía un albañil alicatándome el lavabo y me pidió un Baileys con Coca-Cola. Digo: «¿En vaso?». Dice: «No, en gaveta. Es pa’ pegar un par de azulejos, que me he quedao sin mortero».

Hay historias que se repiten cada cierto tiempo. Como que en un incendio se encontró un submarinista encima de un árbol porque un hidroavión lo chupó mientras buceaba. Que digo yo: si el submarinista siempre es el mismo, debe de estar hasta… las bombonas. Me imagino a los amigos: «¿Qué, vamos a bucear este findé? Tengo los pies de pato». «Va a bucear tu padre, que tiene cara de perro». Yo, con perdón, lo del hidroavión chupando cosas del mar no me lo creo. Por esa regla de tres, los bosques deberían estar llenos de peces. Y que yo sepa, besugos en el bosque sólo se ven los domingos.

Luego está la gente que cuenta que tuvo un problema en la carretera y le ayudó un motorista, que resultaba ser el Rey. Si fuera cierto, con toda la gente que lo ha contado, el Rey tendría más salidas que el RACE: «Es para mí un motivo de honda satisfacción reparar este cigüeñal».

Otra leyenda urbana que ha triunfado es la que dice que el feo de «Aquellos maravillosos años» es Marilyn Manson. Es como si aquí se descubriera que el Piraña es Carlos Carnicero: «Buenas noches. Bien venidos a "Confesiones". Chanquete ha muerto».

Con esto de los rumores hay que ir con cuidado porque pueden afectar mucho. Hay un tema que a mí me toca personalmente. Sé que hay rumores sobre lo mío con Halle Berry. Sí, lo sé. Pero, por favor, pediría para mi vida privada (imitando a Pocholo) «un poco… de resssspeto».

Y me dejo muchas historias. La de la chica de la curva… Yo, ahora, si veo una tía en una curva, no paro. Y la tía: «¡Eh, cabrón!». «¿Y si eres un fantasmaaaaa?». La del cocodrilo en las alcantarillas de Nueva York, que lo tiraron de pequeño y, claro, ya se sabe… Imagínate que pase en el Canal de Isabel II. Tú estás ahí, sentado, haciendo tus cosas tan tranquilo y de repente… ¡qué susto! No sé si es peor esto o lo del Rey. Te aparece un pedazo de mandíbula y tú dices: «¡Llévatelo, llévatelo! Me castras, pero me forro luego en las teles». Por no hablar del chisme de Cayetana y Aznar o que, al parecer, Urdaci ha escrito un libro… En fin, rumores.

Aunque, a veces, lo más preocupante es que son las propias instituciones las que se encargan de lanzar bulos. El Ayuntamiento de Barcelona, por ejemplo, que les dice a los vecinos del socavón del Carmel que no hay ningún peligro. ¿Y esas grietas? Y va el alcalde de Barcelona, Joan Clos Van Damme, que antes de alcalde era anestesista y sigue practicando los dos oficios, y dice: «¿Esto? Le pone un poco de Baileys con Coca-Cola y como nuevo». En estos temas quizá convendría ser un poco más rigurosos, porque, en Cataluña, con que haya una cosa tripartida es suficiente.