El preservativo
Emitido el 19 de enero de 2005
Ayer, la Conferencia Episcopal Española dijo que daba validez al uso del preservativo. Pero se ve que hoy ya lo han desmentido. Vamos, que los obispos han hecho la «marcha atrás». Nunca creí que diría esta frase… De todas formas, ya era demasiado tarde. Fue salir la noticia y en algunas casas se montó una fiesta… Bueno, botellas de cava, petardos, música. (Cantando). «¡Exta sí, exta no!». Y ella: «No. ¡Ésta sí y ésta también…!». Normal, tienen que recuperar tanto tiempo perdido…
Incluso esta mañana, en la COPE, oías la tertulia y estaban todos más relajados. Jiménez Losantos: «Si lo dice la Conferencia Episcopal, habrá que probarlo». Y otro: «Yo ya…». «¿Y qué, qué?». «Bien, bien…». «Pues igual Zapatero no lo hace tan mal». Y cuando han dicho esto, se han vuelto a poner tensos.
Y los que ya van por el cuarto hijo, quejándose: «¡Joer, se podían haber decidido antes…!». «¿Papá, por qué lo dices?». «Cállate, Judas Iscariote». Claro, al final ya les ponen los nombres con rencor…
Se ve que la Conferencia Episcopal llegó a esta conclusión después de reunirse una hora y media con la ministra de Sanidad. ¡Qué capacidad de persuasión! Después de 2000 años diciendo que nanay, llega la ministra y en una hora y media se lo ventila. El tema, quiero decir. Esta ministra tendría que ir a todas las negociaciones: «Oye, mira que… Gibraltar español». Y Blair: «To pa’ ti». Bueno, él diría «All for you». Incluso Zapatero felicitó a la ministra. Le dijo: «Me quito el sombrero». Y ella: «No, no. Póntelo, pónselo».
Lo que no sé es si esta aprobación hubiera tenido carácter retroactivo. Así, todos los condones que he usado en mi vida no serían pecado. O sea, que me ahorraría… tres pecados. Ah, no… cuatro. Aquella vez que…
En fin, la educación sexual en los colegios de curas también hubiera mejorado mucho. Que no les pase como a mí, que la primera vez que me enrollé con una chica y ya estábamos a punto de consumar me preguntó: «¿Llevas?». Me quedé perplejo. «¿Que si llevas?». Y yo preguntándome: «¿Que si llevo, qué? ¿Calzoncillos? Sí que llevo. ¿Cambio para tabaco? También…». Suerte que luego me lo aclaró: «¿Que si llevas gomas?». Y estuvimos tooooda la noche comiendo chicles. Es que las mujeres siempre nos han llevado la delantera en estas cosas. El otro día, en el parque, le digo a mi sobrina de cinco años: «Cuidado, que hay un condón en el césped». Y me dice: «¿Qué es césped?».
La verdad es que cuando oí el anuncio del Obispado yo me quedé más tranquilo. Antes me lo ponía con reparos. Además que corta el rollo muchísimo porque tú estás ahí y dices: «Un momento…». Y ella siempre hace la misma pregunta: «¿Dónde vas?». Coño, ¿dónde voy a ir? ¿A buscar el autobús? Estoy desnudo, mirando pa’ Málaga… ¿Dónde voy, dónde voy? Qué momento más ingrato para un hombre. En cambio, después de saber que no pasaba nada, me lo puse con orgullo. Igual me lo dejo puesto una semana. De hecho, aún lo llevo puesto. Nunca se sabe…
Lástima que se hayan echado atrás. Para una vez que la Iglesia da una muestra de progresismo, la cercena rápidamente. Claro que si no, no sería la Iglesia… Por fin se hubiera podido tratar el tema de los preservativos con normalidad. No como ahora, que cuando te los encuentran tus padres tienes que decir: «¿Esto? No, nada, es un sobre de tazos». Qué bonito hubiera sido entrar en la farmacia: «¡Una caja de condones!». Y entrar en la panadería: «¡Una caja de condones!». «Pero si aquí no vendemos». «Pues deberían». «Y que conste que después voy a la farmacia a comprarme una caja de condones de veinticuatro». Así, sin complejos.
En definitiva, hubiera sido un paso más para modernizar la Iglesia. Sólo les hubieran quedado temas como: la masturbación, las parejas de hecho, la homosexualidad, el aborto, las células madre… Todo es importante. Pero, señores prelados («prelado», qué palabra más bonita: «prelados de chocolate»…); en fin, que, puestos a elegir, lo de la masturbación nos corre un poco más de prisa.