La moda
Emitido el 22 de septiembre de 2005
El mundo de la moda es noticia. Primero fue la Madrid Fashion Week, ahora la Barcelona Fashion Week, y detrás, copiando los diseños, la «Ropa-del-Zara Fashion Week»… La nota negra, o, mejor dicho, la línea blanca, la ha puesto la modelo Kate Moss. Hay que ver cómo cambian las cosas. Antes, las niñas aspiraban a ser modelo. Ahora, son modelos y aspiran después.
Yo siempre he pensado: realmente, ¿quién pone de moda las cosas? ¿Quién marca las tendencias? ¿Los deportistas famosos? Espero que no, porque Sete Gibernau tiene una marcada tendencia a caer. Ya me veo a la gente tropezando por la calle: «¿No has visto el bordillo?». Y el tío por el suelo: «No, es la moda Sete». O Beckham. Que a éste es imposible seguirle el peinado. Le crece el pelo más rápido que a la Nancy Coletas. El tío empieza un partido rapado y, en el segundo tiempo, lo ves salir con trenzas. Que Guti está ya desesperado porque no le pilla ni de coña. El que anda más tranquilo es Zidane.
Luego está el caso Calvin Klein. El tío pensó: «Algún día seré famoso y la gente llevará mi nombre en la goma de los calzoncillos». Y ahora todo el mundo con mensajes en la goma. Por un lado, es agradecido, porque así te llevas algo de lectura al baño. Que de esto tendremos que hablar otro día. ¿Por qué te entran ganas de leer cuando vas al baño? Llegas allí y lo lees todo, ¡hasta los botes de champú! Gente que no ha leído nada en su vida y que va al baño con gafas y se pone a mirar hasta los azulejos: «Qué forma más curiosa tiene éste». En fin, ¿qué será lo próximo? ¿Calzoncillos que puedan recibir SMS? Que estés en el autobús y suene: ¡pi-pipipipí-pí-pí! Y todo el mundo estirándose la goma, a ver si es el suyo: «¡Mierda, tengo el slip sin cobertura!».
El caso es que se ponen de moda las cosas más raras. Por ejemplo, ¿por qué se pone de moda un día ir con los pantalones medio bajados? Seguro que alguien salió a por papel higiénico en un bar de carretera y casualmente estaban allí los fotógrafos del Vogue o de Marie Claire. O imagínate que eres un ídolo de masas como Brad Pitt, sales a la calle una mañana y se te ha olvidado quitarte un bastoncillo de la oreja. Al día siguiente, diez millones de personas con bastoncillos en las orejas. O cuando estuvieron de moda, entre las chicas, las hombreras. ¿Se acuerdan? Eran los ochenta. Que ibas a la disco y no sabías si invitarlos a una copa o a un pulso. Los grupos de amigas parecían equipos de rugby. «¡¡A ver, chicas. Vamos a por ése!!».
Pero hay una cosa que no cambia en el mundo de la moda: el precio. Lo último, siempre es más caro. Muy caro. Esto nos lleva a otra ley de oro: «si es caro e incómodo, triunfará». Miren si no el tanga. No hay cosa con menos tela, más cara y más incómoda. Yo, es acabar el programa y me lo quito.