El porno
Emitido et 20 de octubre de 2005
El porno es un género hecho con el sudor de muchos profesionales y al que le debemos grandes satisfacciones. A mí, lo que me llama la atención es el nombre del género: cine «X». Debería llamarse cine «A». ¿Por qué? Porque es la letra que más se repite…
No hay que confundir el cine erótico con el cine X. El cine erótico es al cine X como la cerveza a la cerveza sin alcohol: aparentemente tiene el mismo sabor, pero no te pone tonto. De hecho, cuando yo era más joven, lo más parecido al cine X que podías ver era el anuncio de Fa. ¿Se acuerdan? Los limones salvajes del Caribe. Cómo olvidarlo… Estas entradas que ven son de lavarme tanto el pelo con Fa. Ahora hay un anuncio de champú donde sale una chica lavándose el pelo y tiene un orgasmo. Bueno, pues no funciona. Además, acabas con la cama llena de espuma. Un asco.
Todos hemos sido menores y hemos alquilado películas porno en un videoclub, ¿sí o no? Ibas acojonado. Cogías primero una de acción para disimular y luego te acercabas a la estantería sigilosamente. Cuando nadie miraba, cogías la primera que pillabas… Y, justo en ese momento, siempre entraba tu vecino. En todos los videoclubs del mundo hay un vecino de guardia: «Hola. Y tus padres, ¿siguen en el pueblo?». Y tú: «Sí, sí». «Si necesitas algo, llámanos, ¿eh?». Y tú: «No, ya me apaño yo solo». Nunca mejor dicho…
Yo creo que el porno es un género infravalorado. Deberían hacer tertulias en la tele. Tipo «Cine de barrio». No sé, «Cine más guarro», por ejemplo. Pero con el pianista desnudo y tocando el piano… no precisamente con los dedos.
También me llama la atención el uso curioso que hacen de la música en este tipo de pelis. Tú ves a una actriz en pantalla, tan tranquila, y de repente empieza a sonar una musiqui11a como de ascensor… Y dices: «Uy, uy, uy… Esta pobre chica está perdida». Es como ver a un soldado enseñando la foto de su novia en una peli del Vietnam. Va a palmar, seguro.
Hay que decir que, con las cámaras de vídeo digitales, el mundo del porno se ha democratizado. Ahora, cualquiera puede grabarse practicando sexo. Eso sí, los resultados del porno casero distan mucho del profesional. Allí, tienen a un señor encargado de recordar a los actores que se quiten los calcetines para actuar. Además, intentar emular una peli X es como intentar hacer un mueble que has visto en «Bricomanía»: los de la tele siempre tienen mejores herramientas, y eso se nota en el resultado. Igualmente es preciso advertir que lo del porno casero puede ser peligroso. Tengo un amigo que llegó un día de trabajar y se encontró a su hijo de seis años viendo una peli porno casera: «¿Qué haces, niño?». Y el crío contestó: «Viendo "Los Diminutos"». Nunca tres palabras han hundido tanto a un hombre.