Embarazo real

Emitido el 10 de mayo de 2005

La actualidad no nos daba tanto material para hacer chistes desde la época de Fernando Moran. Con el embarazo de Doña Leti estamos todos… (se friega las manos). Y es que es época de embarazos reales. Todas las princesas de Europa lo están. Las únicas que faltan son la princesa Amidala (aunque tampoco lo podemos asegurar) y Camilla Parker (que ya te digo yo que no). La conclusión es que se podría hacer una nueva campaña de bragas Princesa: «Las más fáciles de quitar».

Vaya movidón conllevan los embarazos reales. En las parejas plebeyas, cuando no sabes si es niño o niña, el único problema es de qué color pintas la habitación. Pero en las parejas principescas igual hay que cambiar toda la Constitución. Hay que ver cómo la puede liar un cromosoma X o Y, más o menos: «Yo me ajunto. Que se jodan. Así tienen que cambiar toda la Constitución».

Pero hay otras posibilidades. Por ejemplo, ¿qué pasaría si tuvieran gemelos? Se ve que el primero que salga es el que reinará. Que, como se enteren los bebés, ríete tú del duelo Fernando Alonso-Schumacher. Harán una primera contracción de calentamiento para ver quién consigue la pole. Y, a la segunda contracción, empieza la carrera. En vez de un ginecólogo, traerán a un notario para que analice la foto finish: «Doy fe que el primero ha sido el del cordón umbilical en la cabeza». Y una vez en la cuna, para que no se confundan, les pondrán un Post-it en la frente. El de uno dirá: «Futuro Rey». Y el del otro: «Futuro pringao».

Que la noticia se conociera el domingo por la mañana le fue de perlas a la de «Corazón, corazón». Estaba superemocionada: «Bienvenidos a "Corasón, corasón". Hoy hablaremos del embrión, embrión». Pero hay muchos detalles que no han trascendido. Por ejemplo, ¿cómo se lo dijeron a los Reyes? A lo mejor, durante el postre, escondieron papeles dentro de las galletas, para que fuera sorpresa. Hasta que el Rey no se enteró, ya se había zampado un paquete de folios.

O igual se lo dijeron con un comunicado. Sí, sí… seguro. Yo creo que, entre ellos, sólo hablan a través de comunicados. El Rey: «¡Sofía, rápido! La Casa Real anuncia que se ha acabado el papel de váter». Y Sofía: «Juanear, las cosas de palacio van despacio».

Otra opción es que los Príncipes, que son muy enrollados, se cogieran de la mano y utilizaran la fórmula de moda: «Estamos embarazados». Un plural que da un poco de rabia. Porque ella es la que está embarazada y tú te crees que eres el padre. Aunque, a veces, está bien aplicado. Porque le miras la barriga cervecera al padre y jurarías que está de siete meses y con trillizos.

Esperemos, eso sí, que la Familia Real ahorre en ropita de bebé lo que no ahorra en barcos. Lo digo porque seguramente las Infantas le pasan ropita usada. Aunque, si la ropa es de Felipe-Juan-Froilán-de-Todos-los-Santos y tienen que quitarle el bordado de las iniciales les va a quedar un trapito para limpiar las gafas.

A los futuros papas se les ve muy ilusionados. Seguro que ya van enseñando la primera ecografía a la gente. Que cuando te la muestran, se produce ese momento violento: «¿No lo ves? Si se ve el niño clarísimo…». Y tú sólo ves unas manchas que parecen el archipiélago canario: «¿Pero no le ves la cabe-cita?». «¿Dónde? ¿En Tenerife?».

Supongo que también han empezado los cursillos de preparto. Felipe: «Leti, llénate de honda respiración y suelta el aire…». Será mejor que lo dejemos aquí. De momento.