Ya llega el verano

Emitido el 16 de junio de 2005

No sé si han podido ver las imágenes de Fraga previas a una entrevista concedida a un programa de Antena 3. Se trata de unas imágenes grabadas mientras se preparaba la conexión en directo. Estas imágenes nunca se emitieron, pero ya las han colgado en Internet. Se conoce que el responsable es alguien de la casa. Por lo tanto, compañero, ha sido un placer trabajar contigo. Ya puedes ir buscándote trabajo en otra cadena. ¿En Tele 5, quizá? La cuestión es que, en el vídeo, se ve cómo Fraga pierde la compostura tras cabrearse con su asesor de imagen. Al parecer, no tenía la americana bien puesta. Y el asesor: «Tsst, la americana… Tsst-tsst, la sisa… Tsst, las ronchas… Tsst, el colesterol». Es que lo controlan demasiado. Y claro, al final ha petao.

Estamos en los últimos días de campaña y es normal que Fraga esté tenso. Además, también estamos en pleno mes de junio. Eso significa que ya empiezas a ver el final del túnel y todavía se te hace más largo. Cuando llegas al trabajo, ya no te sientas en tu silla. Te desplomas. Lo que en septiembre eran agradables compañeros, ahora son problemas con patas. Incluso los hay que antes de sentarse se sirven todos los cafés del día para no tener que levantarse más. Y luego se los calientan con un mecherito.

Hasta el material de oficina baja el rendimiento. Ayer mismo mandé un documento a imprimir y pedí cinco copias. Pues la impresora me envió un mensaje: «Sí, sí, 5… ¡5000 te voy a imprimir!». Y me sacó un papel carbón con otro mensaje que decía: «Las copias te las haces tú».

Y si ves a alguien currando, desengáñate: se está haciendo la declaración de la renta. «Te bajas el programa PADRE y te lo hace solo». Tiene guasa el programa PADRE: encima que nos crujen, se llama PADRE. El otro día, un tío, contento: «Me ha salido a devolver». Y otro, que no se entera: «Pues, si quieres, te aguanto la frente».

Por eso hay mucha gente que en estas fechas se tira a los complejos vitamínicos, a los suplementos minerales, a las cápsulas de ginseng… Más de uno ya ha pedido a la empresa que le ingrese la nómina directamente en la farmacia. Así, tiene barra libre de pastillas. En la oficina se les distingue porque van como motos. Una vez, en mi oficina, estaba saliendo un fax y uno estiró el papel con tanta energía que detrás salió agarrada la secretaria del director que se lo estaba enviando.

El único momento de euforia general se produce cuando se saca el cuadrante de las vacaciones. Aquello parece la Bolsa: «¡¡Me pido la última de junio!!». «¡¡Compro segunda y tercera de agosto!!». Los días de agosto van muy solicitados. La típica discusión: «Yo tengo que hacer las vacaciones para coincidir con las de mi mujer». «Pero si tu mujer las coge en julio». «Pues por eso».

En este tiempo, incluso la ropa es un problema. Todo el mundo va vestido normal. Con los zapatos de invierno, sudando la gota gorda. Y cada mañana, los cúrrelas mirando cómo va el jefe. «Mierda, aún lleva zapatos». Hasta el día en que el jefe viene con sandalias. Entonces, se abre la veda. La gente, con bermudas, chancletas… Un tío se animó más de la cuenta y ayer vino a currar con un pareo. «Es superpráctico». No les digo dónde se guardaba el móvil.

En casa, también se nota la cercanía del verano. Si los domingos ya son malos, imagínense sin fútbol. Hay mucha gente que lo lleva fatal. Yo tengo un amigo que le dijo a su mujer: «Cariño, ¿por qué no nos grabamos haciéndolo y luego lo vemos?». Y la mujer: «¿Haciendo el amor, picarón?». Y él: «No, no… haciendo un rondo». Y ahora tiene un vídeo de los dos jugando a fútbol en el jardín. Cuando está muy necesitado, se lo pone y le baja el mono.

Lo ideal sería no saber cuándo tienes vacaciones. Llegar un día al curro y que te dijeran: «Pero ¿qué haces aquí? Si hoy empiezas vacaciones». Y tú, llorando de la emoción: «Gracias, jefe». Eso sí, si te dan a firmar un papel, conviene mirar bien que en la parte de arriba no ponga «Finiquito».