España está de moda
Emitido el 25 de abril de 2005
Algunos ediles del Partido Popular se han desmelenado hoy con lo de los matrimonios homosexuales: «Que si los caso, que si no los caso…». «¿Y la ley?». «Ni caso». Están en su derecho. Mejor dicho, en su derecha. Más de un edil, cuando se enteró de que tenía que casar a homosexuales, dijo: «¡Oiga, que soy del PP!». Y le respondieron: «No importa, se lo cuento más despacio». Aunque el más heavy ha sido el alcalde de Pontons (Barcelona), que ha dicho que los homosexuales son personas taradas con una deformación física o psíquica. Desde luego, no se anda con chiquitas. O, por lo menos, no con chiquitos. Lo bueno es que el PP le ha echado y que, dentro de este partido, también hay alcaldes que sí casarán a los homosexuales que se lo pidan. Amigos, no va a ser fácil modernizar este país.
Estos días también estamos viviendo la «Alonsomanía». Los que tienen un Renault están crecidísimos. Esta tarde, en un semáforo, había uno con un Twingo. Y el tío dándole gas. «A ver si pillo la pole». Y claro, no ha pillado la pole, pero le ha pillado la poli…
Con la fiebre que hay ahora por el motor, los domingos por la mañana son un espectáculo. Durante la carrera, se escucha la pregunta: «¿Ya has ido a buscar el pollo asado?». Hay tíos que aprovechan cuando Fernando Alonso entra en boxes para salir zumbando a comprarlo. Y cuando llegan: (hablando muy rápido). «Un pollo entero y un cuarto de pechuga». «¿Le pongo aceite?». «No, ponme un bote de Wynn’s».
Lo malo es que la gente se acostumbra muy rápido a los triunfos. Como Fernando Alonso quede segundo en Montmeló, la gente empezará: «Desde que se ha comprado a Borja ya no es lo que era». Que, por cierto, una vez mi vecina me dijo: «Yo también me traje un cerdo a casa y me cambió la vida…». El mismo Alonso, si escuchas sus declaraciones, lo tiene como muy asumido: «Sí, bueno. Soy líder del mundial de Fórmula 1…». Cuando lo normal, en un chaval de veintitrés años, sería: «Joder, tío. Ya ves, ¿no? Yo estoy que lo flipo. ¡Qué pasa, Neeeng!».
Pero Alonso no es el único que arrasa. Pau Gasol está jugando los play-offs de la NBA. Y en tenis, Rafa Nadal machaca a todo el mundo. Antes no había tantos deportistas españoles buenos. Si en las Olimpiadas sólo ganábamos un par de medallas. Y no precisamente en los deportes más populares: vela y marcha atlética. Que la marcha muy espectacular no es, que digamos… 50 kilómetros con un tío caminando todo el rato como si pidiera una caña: «¡Una caña!… ¡Una caña!… ¡Una caña!».
Aunque, hoy por hoy, España no sólo destaca en los deportes. También en política. ¿Cuántos países había en las Azores? Tres. ¿Y quién estaba allí? España. ¿La habían invitado? ¡No! Se coló. ¿Y qué? Medalla de bronce. Lo que pasa es que después nos la retiraron porque Aznar no pasó el control antidoping.
Yo creo que si la semana pasada hubiesen dicho «Habemus papam: Rouco Várela», ya ni le hubiésemos dado importancia. La gente: «Creo que no lo va a hacer mal el papa Manolo Sexto». Es que España se ha internacionalizado mucho. Hasta hace poco, lo más internacional que teníamos era la siesta. En cambio, hoy en día, cuando sales al extranjero (que es muy grande, sería todo lo que no es España), ya no tienes aquella sensación de inferioridad. ¿Por qué? Porque en cualquier ciudad del mundo te encuentras un Zara. Siempre sabes que, estés donde estés, oirás una voz amiga diciendo: (hablando por el pinganillo). «Mira si te queda alguna 37». El Zara se ha extendido tanto que es muy peligroso pedir si tienen tu talla en otra tienda. Igual te dicen: «Nos queda una en el Zara de Tegucigalpa. ¿Se quiere esperar que la vamos a buscar?». Y te pasas dos meses viviendo en los probadores. Los consulados españoles en el mundo tendrían que ser los Zaras. Si pierdes el pasaporte en Mozambique, te vas al Zara y te lo hacen en un momento: «Aquí tiene el pasaporte XXL. Si no le gusta, lo puede cambiar». Lo malo es que también te lo den doblado como una camiseta.
Pero si hasta tenemos un astronauta español: Pedro Duque. Que dices, ¿para qué lo quieres? No lo sé, pero viste. En cambio, antes, lo que había llegado más alto era el autogiro de De la Cierva. Por no hablar de los actores. Penélope Cruz se enrolló con Tom Cruise. ¡Y lo dejó ella! Antiguamente, esto no pasaba. Bueno, el Fary lleva cuarenta años fardando que subió a Ava Gardner en su taxi.
Tú ves ahora «Cuéntame» y no hay nadie así muy espectacular Son buena gente, pero no destacan. En cambio, el «Cuéntame» del siglo XXI (que, menos Fraga, no lo va a ver nadie de los que estamos aquí) será la bomba. Antonio Alcántara, presidente de la ONU; el cura, jefe de Prensa del papa; la mujer, top model, y la abuela, una Suprema de Móstoles… Eso sí, vivirán en un piso de treinta metros cuadrados.