ABRIDORES INDIRECTOS (RAIND)

Consideramos que son Abridores Enlatados aquellos que pueden usarse en prácticamente cualquier situación. Pueden usarse desde cero o enlazarse a otro situacional.

Lo fundamental de los Abridores Indirectos es que vayan acompañados de una Limitación Temporal y que estén arraigados, es decir, que parezca que hay una razón por la que abres con ellos y no que simplemente estás ligando.

LA NOVIA CELOSA (RAIND)

«Sinceramente, ¿saldríais con un chico que todavía es amigo de su exnovia? Veréis, es que no nos podemos quitar al pobre Marcos de la cabeza. Vosotras… ¿qué opináis?

»Imaginaos que estáis saliendo con un tipo desde hace tres meses y todavía es amigo de su ex-novia del instituto. ¿Qué haríais? ¿Os sentiríais mal?».

Empiezan a darte sus opiniones, y antes de que el tema se agote continúas:

«Bueno, la verdad es que la cosa no acaba aquí. Lo cierto es que Marcos tiene una relación con Silvia un poco especial. Hablan por teléfono casi todos los días, se ven a menudo y… adivinad». Pausa. «¿Sabéis lo que guarda en el cajón de la mesilla de noche? Todas sus fotos y sus cartas.

»El caso es que su Raquel, su novia, lo vio el otro día y le dio un ultimátum. O lo quemaba todo o ya podía olvidarse de ella. Además, le pidió que dejase de verla.

»No sé, tías… ¿qué opináis? Marcos no sabe qué hacer. Dice que quiere seguir con su novia. Pero comparte una serie de cosas con Silvia que no comparte con nadie más. ¿Qué decís?».

Este es un Abridor muy conocido dentro de la comunidad. La forma en que yo lo uso es hacer como si estuviera discutiendo el tema con mis amigos. De hecho, cuando se acerca un Set, yo ya empiezo a hacer comentarios del tipo: «No, tío… No sé… Yo creo que se pasa un poquito… Mira, vamos a salir de dudas con una opinión femenina…» Y esto último lo suelo decir lo bastante fuerte como para que el Set lo oiga.

Este es un Abridor de opinión que, bien aplicado, dará lugar a que la gente no se calle e incluso hable durante más tiempo del que necesitas. Recuerda que debes moderar y dirigir la interacción.

LA COLONIA (RAIND)

Lo puedes usar en un centro comercial o saliendo por la noche.

Te pones una colonia distinta en cada muñeca y les preguntas a las chicas cuál huele mejor en tu piel. Obviamente, en un centro comercial parece más justificado, aunque saliendo también puedes usar una buena excusa para arraigar el Abridor. Una apuesta con un amigo o algo así.

Lleva un boli contigo y, en el brazo que elijan, haces una rallita con él. Dicho sea de paso, debes tener varias rallas en ambos brazos, para que se vea que vas en serio. Además, esto puede dar pie a contar otras anécdotas.

Yo, por ejemplo, siempre digo: «No te lo vas a creer, pero la chica esta de antes me ha restregado su nariz, como si quisiera sonarse los mocos en mi brazo. Qué cerda, ¿no?».

Por lo general, este es solo un Abridor para establecer un primer contacto y romper el hielo. Conviene, pues, que tengas otros preparados para apilarlos sobre él inmediatamente después.

Por cierto, haz cosas como olerte por turnos ambos brazos, pasando de uno a otro mientras haces caras cucas que sabes que van a arrancar alguna risa por su parte o despertar su instinto maternal.

LAS UÑAS (RAIND)

«Mira mis uñas, primera impresión… ¡ya!».

Necesitas tener las uñas pintadas para hacerlo.

Es un Abridor rápido para usar con Vaivén y entablar una conversación inicial que parezca espontánea. A partir de ahí, puedes apilar otros Abridores o introducir cualquier rutina que resulte pertinente.

TALENTO ARTÍSTICO (RAIND)

Yo ya no suelo perder tiempo en casa pintándome las uñas o haciéndome la raya de los ojos. Normalmente, siempre acaba haciéndolo alguna desconocida.

Por supuesto, te puede servir tanto para las uñas como para cualquier otro aspecto de tu maquillaje, si es que lo llevas. Cosas como la línea de los ojos, pestañas, quitar brillo, etc. El tiempo que te da lo puedes dedicar a proyectar Valor y a despertar su interés con otras rutinas.

«¿Tenéis talento artístico? Sandra y Vanesa se han jugado todo a que llegaría con las manos negras y yo les he dicho que serían perfectas. ¿Quién se cree capaz de pintarme unas superuñas?».

QUIÉN MIENTE MÁS (RAIND)

«¡Menudo debate tenemos montado!

»Vamos a ver, chicas, ¿qué opináis vosotras? ¿Quién miente más, los tíos o las tías?

»Tal y como yo lo veo, la cosa no está nada clara. O sea, puede que los tíos mintamos más, vale, pero no sé. Igual decimos cosas como: “Que no, tía, que no te hacen el culo gordo”, ya sabes, trolas pequeñitas. Pero las tías os reserváis las de Nivel, tipo: “Es tuyo”.

»¿Qué pensáis?»

LOS PERRITOS DE MARÍA (RAIND)

«Vamos a ver, gente… ¿Quién de vosotros es el más inspirado en este momento? Necesito ayuda ya.

»Veréis… Es que la perra de María… No, no es lo que estás pensando. Escuchadme. El caso es que la perra de María ha tenido perritos, así que necesito dos nombres originales y chulos para ellos».

Continúas explicándoles que la mayoría de cachorros los han regalado, por lo que solo van a quedarse con dos.

«Son perros de estos orejones», puedes continuar, «Mmmhh… dejadme pensar… ¿cómo se llaman? Bueno, da lo mismo. Perros de estos con orejotas grandes que cuelgan como cortinas, pero ese no es el caso. La cuestión es que son perrito y perrita y María está buscando un hombre para ellos. Ella ha pensado en bautizarlos en honor a algún dúo musical, pero yo le he recomendado inspirarse en cualquier otra clase de famosos, como Faemina y Cansado. La verdad es que el perro, más orejón que la otra, tiene un aire total a esta cantante famosa que ha sacado un disco recientemente… Esto, ¿cómo se llama? Bueno, da lo mismo. En fin, ¿qué pensáis vosotras? ¿Alguna idea? No, no pongas esa cara… Sé que es tentador, pero vuestros nombres no valen».

EL CERDO DE MI VECINO (RAIND)

«Chicas… ¿Adoptaríais un cerdo? Es que la semana que viene es el cumple de mi mejor amiga, la que me regaló este abrigo (les enseñas tu abrigo o algo que sea de valor), y me gustaría sorprenderla con algo muy especial.

»El caso es que sé que la chica hace tiempo que mira en las tiendas de animales y se queda encandilada mirando ardillas, chuchos y conejos. La semana pasada salimos a desayunar y nos encontramos con el cerdo de mi vecino. No, no… es que mi vecino tiene un cerdo.

»Tendríais que haberle visto la cara. La verdad es que es un cerdo muy cuco. Es negrito y tiene el pelo muy suave, ya sabes, como lavado con Perlán. Yo a los cerdos hasta ahora solo los he considerado como compañeros de mesa, la verdad es que soy un carnívoro desalmado (aunque muy sano), pero este… no sé… es como el principito de los cerdos. ¿Me seguís? ¿Qué hago?

»La quiero mucho. ¿Le regalo un cerdo?».

DOS CHICAS PELEÁNDOSE FUERA (RAIND)

Este es otro clásico de la comunidad. Lo pongo como ejemplo de historia capaz de despertar la curiosidad pero que no tiene por qué ser real. De hecho, yo aún no las he usado ni una sola vez en que lo sean. El Abridor empieza así:

«¡Qué barbaridad! ¿Habéis visto a esas dos tías peleándose ahí fuera?».

Presta atención a sus reacciones y calibra. Luego, continúa: «Sí, la verdad es que se ha montado un jaleo impresionante. Y todo por ese tipo, al parecer… Sí, el caso es que el tipo no levantará ni metro y medio del suelo, pero una de ellas estaba llorando mientras le gritaba cosas horribles a la otra.

»¿Y sabéis lo más gracioso? El tipo no hacía nada. Se ha quedado sentado, fumando un cigarrillo sobre el escalón y… riéndose.

»Entre tanto, ellas no dejaban de insultarse la una a la otra. Y la que lloraba se agarraba de las tetas y le gritaba a la otra que ya quisiera ella estar como ella. Al oír esto, el tipo ha sacudido la cabeza y se ha alejado lentamente…

»Que rayante, ¿no? ¿Por qué me miras así?». Y, manteniendo la mirada de sospecha, la acusas: «¿Es que tú también te has peleado por un chico alguna vez?».

A partir de aquí, y según cómo reaccionen, puedes apilar otro Abridor sobre este o pasar a alguna Rutina de Valor. Lo importante es que estás hablando con la gente sin que parezca que intentas ligar, permitiéndote pasar a otras fases y proyectar Prueba Social. Recuerda que todas estas historias pretenden cautivar tanto al Objetivo como a sus amigas, y que debes intercalarlas con preguntas y comentarios estratégicamente dirigidos a cada una de ellas, según te convenga más.

En pocas palabras, implica a todo el grupo.

EL SORTILEGIO —VERSIÓN EXTENDIDA— (RAIND+VUL+V)

«¿Creéis en la magia?

»Veréis, es que no dejamos de darle vueltas a algo que nos trae de cabeza. Nos tenemos que ir enseguida, así que trataré de hacerlo rápido.

»Todo empezó en una fiesta a la que nos habían invitado. Bueno, realmente la invitación era por Marcos…

»Sí, claro, quién es Marcos, os preguntaréis…

»Es que tenemos un amigo, Marcos, que es una pasada. El alma del grupo, por así decirlo. Tendríais que conocerlo.

»El caso es que es único. No mide más de uno cincuenta y su cabeza parece un Chupa Chup. No sé si es por esto que trae locas a las mujeres.

»Os contamos esto para que entendáis la historia, porque es que hay cosas que solo le pasan a él. La verdad es que es un tío bastante especial, así que es una pena lo que le ha ocurrido… Pero me estoy adelantando de nuevo.

»Lo que decía es que tiene la cabeza como un Chupa Chup. Yo creo que a las mujeres simplemente les gusta lamerlo, pero Kaos tiene una teoría más elaborada. Él cree que despierta el instinto maternal en las mujeres y que por eso lo acosan tanto.

»En fin, la verdad sea dicha, cuando lo ves te apetece arroparlo como a un bebé. ¿Sabes? Te apetece abrazarlo y empezar a darle besitos en la calva. Pero bueno, yo tampoco lo lamo como hacen ellas, así que…».

Divago de nuevo…

«El caso es que estábamos en esta fiesta, con Marcos. En teoría era la fiesta de cumpleaños de Raquel, una tía que no está mal pero que todos odiamos.

»La verdad es que acosaba a Marcos desde hacía tiempo, pero como es lógico este no le había hecho el menor caso. A fin de cuentas, las tiene a patadas. No es solo la cabeza, es que es un tío muy especial[740]

»El caso es que aquella noche hubo un momento en que nos descuidamos. Una chica a la que no conocía empezó a meterse conmigo, pero al final nos caímos bien y acabamos… Bueno, la cuestión es que yo me desperté en un sofá y Kaos en otro.

»Pero… ¿dónde estaba Marcos?

»Cuál fue nuestra sorpresa cuando lo encontramos en el cuarto de Raquel. Afortunadamente, estaba vestido. Yo le miré la bragueta y también estaba subida, así que en ese momento me sentí mejor.

»Ya sabes, es que Marcos es como un padre para mí, pero a veces también lo veo como a un hijo. Extraño, ¿no?

»El caso es que —no os lo vais a creer, chicas— pero vi una extraña marca en su muñeca. Le subí la manga y… ¿adivináis lo que vi?

»¡Era una especie de texto escrito con letras de un alfabeto extraño! ¡Y todo en una especie de tinta roja brillante! ¿Imagináis cómo me quedé?

»Por suerte, llevaba conmigo esta cámara que veis aquí, y le pude sacar algunas fotos.

»La cuestión es que Marcos no decía ni «mu» sobre lo ocurrido. No había forma de sacarle nada.

»Pero Kaos y yo estábamos mosqueadísimos, porque la cosa daba mal rollo de verdad. Era como una de esas pelis chungas, tipo The Ring, en la que no se salva ni el bueno de la película.

»Total, que en casa de Kaos lo imprimimos todo y lo llevamos a una tienda de ocultismo… ¿Cómo se llamaba? Esa que hay a unas manzanas de tu casa… Sí, Astral[741].

»Bueno, pues entramos y nada más enseñarle la impresión con la foto a la tía esta pone una expresión extraña y nos pregunta si lo hemos sacado de Internet.

»Le decimos que no, que es la foto del brazo de un amigo. La tipa se mete en la trastienda y nos saca un libro súper gordo. Lo abre y está lleno de dibujos de brazos con escrituras chungas muy parecidas a la de nuestra foto.

»—Es un hechizo de amor —nos dice—. Es para atrapar a otra persona. Aunque en el libro dice que no debería usarse a la ligera.

»Ahí se nos pasa el mal rollo, Kaos y yo nos miramos y empezamos a reír. Salimos de la tienda y nos lo pasamos de coña descojonándonos de lo grillada que está la Raquel esta.

»Sin embargo, esa noche Marcos no salió. Cuando lo llamamos, solo nos dijo que había quedado con Raquel.

»Y, a la noche siguiente, hizo lo mismo.

»Y desde entonces han continuado saliendo, hasta la fecha.

»Nosotros estamos algo preocupados por él, porque era como el alma del grupo. Ya sabes, era como el jefe y la mascota a la vez. Súper cuco.

»El caso es que no sabemos si ahí ha habido algo raro de verdad o si ya estaban secretamente liados y han decidido quedarse con nosotros. Por un lado, es verdad que el tío tiene un gran sentido del humor. Pero, por otro, está irreconocible.

»¿Qué opináis?».

POLTERGEIST (RAIND)

«¿Crees que la peli Poltergeist está basada en hechos reales? Mira».

Este es genial para magos aficionados o gente que conoce algún truco para hacer levitar objetos o cualquier otra cosa que pueda parecer paranormal.

Después puedes apilar otros Abridores, como EL SORTILEGIO.

ARQUETIPOS CON ÉXITO (RAIND)

«Chicas, me he quedado atascado. Mi sobrinita está haciendo un trabajo para el instituto y me ha contado algo súper interesante. El caso es que necesita encontrar dos ejemplos de tíos que sean exitosos por ser un Papaíto y un Supercalzonazos. ¿Me seguís?

»Un papaíto es alguien que gusta a las tías por ser dominante y controlador, alguien que las trata como niñas pequeñas y les dice lo que tienen que hacer. El supercalzonazos, ya sabes: es el típico que está siempre: “¿algo más, cariño?”, “¿todo bien, cariño?”, “¿estás bien, cariño, te pasa algo?”, “lo que tú digas, cariño” y “lo siento”.

»Me seguís, ¿no?

»Por ejemplo: AVENTURERO (Indiana Jones, James Bond), CHICO MALO (Mickey Rourke, Tommy Lee), SEDUCTOR (Johny Deep en Don Juan de Marco), ARTISTA (Kurt Cobain, Michael Jackson)».

MARÍA[742] (RAIND)

Este Abridor lo publiqué en un foro, dentro de uno de mis Partes de Sargeo[743]. Lo llamo el Abridor de MARÍA.

Pertenece a la categoría de lo que yo llamo «Abridores Complejos». En ellos utilizo muchos de los principios y recursos que puedes encontrar en este manual.

Por ello, por lo general no los enseño a mis estudiantes hasta que tienen un nivel muy avanzado. Para que veas en qué consisten, te ofrezco el Abridor de MARÍA completo, tal y como lo publiqué en aquel parte:

Los signos de invitación no se hicieron aguardar.

Primero varias ojeadas «involuntarias», como tics nerviosos. Después una larga mirada a su alrededor que estaba pidiendo a las claras que la rescatasen. Y finalmente un pequeño movimiento de acercamiento, con Frusco incluido, hacia mi Set. Un Set de funcionarias semidormidas, en el que me estaba costando Dios y ayuda inyectar algo de vida.

Yo había fingido no verla en todo ese tiempo. Había pretendido encontrarme demasiado absorto animando a las cuatro marmotías de mi Set. Por ello, aunque no se lo esperaba, supongo que no se extrañó demasiado de que abandonara mi Set y desapareciera de repente de su radio de visión.

Pero lo que en modo alguno esperaba fue encontrarme a su espalda solo unos minutos después, acariciándole una mano con la mía y usando la otra para rodearla con suavidad por la cintura. Cuando se volvió incrédula, pude observar que había logrado causar el impacto que pretendía.

No era exactamente la Apertura indirecta que enseño a mis alumnos con menos experiencia, pero la química estaba allí. Y, por suerte, soy un Aven. En otras palabras, lo tenía prácticamente todo previsto.

—¡Vaaaaya!… ¡No eres Mariiiiia!… —exclamé con una risita de sorpresa divertida. Durante esos momentos, había aprovechado para mirarla intensamente a los ojos. Pero fueron momentos cortos, pues no tardé en casi darle casi la espalda para dirigirme al obstáculo. Lo hice llevándome lentamente una mano a la cabeza, tratando de parecerle un tipo divertido y ligeramente achispado—: Tiene, gracia, ¿no? Creía que era María, así que me he preguntado: «¿Qué hace María con este chico tan curioso? Seguro que se lo quiere llevar al huerto».

No habían entendido ni papa, porque eran alemanes.

—Ok, do you speak English?

Me dijeron que sí, así que les expliqué la misma historia en inglés. Es decir, se la expliqué al obstáculo básicamente, porque a ella apenas me dirigía para hablar. Nada personal, simplemente no me parecía tan interesante o relevante como el obstáculo. O eso creía ella.

Dicho sea de paso, supongo que le chocó oír a un español con tan buen nivel de inglés. Sencillamente no era lo común. En fin, podíamos considerarlo una DAV más. La primera había tenido lugar instantes atrás: al abrir con un par de huevos y ofrecer, además, la clara impresión de que me sentía como pez en el agua.

(A partir de ahora, traduzco la conversación, para que la entiendan todos los lectores).

—Oye, y no la habéis visto por aquí, ¿verdad? —proseguí—. Es una chica así, morena, alta, más o menos como ella… —dije sin apenas darme la vuelta y alargando la mano para acabar casi metiéndole el dedo meñique en el ojo—. Mira, es inútil, mejor os enseño la foto y me decís si la habéis visto por aquí. Es una chica muy guapa —le susurré al obstáculo— y… ahora que pienso… ¿sabes? Le caerías bien… Creo que le encantan los alemanes…. ¿O eran los polacos?

Decía todo esto mientras revolvía en mi bolso de cuero en busca de mi cámara digital. En la memoria de esta guardaba explosivas marías de todos los colores y tamaños. Aparecían en actitudes lésbicas con otras chicas, con mis Alas y con gente vestida de forma tan llamativa como yo. Pero todas posaban conmigo en alguna que otra foto. Además, muy pocas marías bajaban de T8.

—No, esta no es María… Esta tampoco… Mira a Sandra, qué idiota, cómo le chupa la oreja a Pedro… Aaaaaquí… Esta sí. ¡Esta es María! ¿La habéis visto por aquí?

Obviamente María era, de todas, la más similar al Objetivo. Entre tanto, el obstáculo había estado mirando cada una de las chicas casi con cierta codicia. El Objetivo, por su parte, no había dejado de hacerme preguntas sobre las fotos que yo en su mayor parte había ignorado. De nuevo, nada personal. Es solo que soy un poco despistado y me cuesta prestar atención a dos cosas a la vez. O eso pensaría ella.

Justo en ese momento suena mi móvil. Era mi Ala, pero en letras grandes podía leerse en la pantalla de este: «MARÍA».

Mi Ala hizo lo que hace siempre en estos casos: nada. Guardaba silencio al otro lado del teléfono. De hecho, él se encontraba en la misma terraza que yo, a tan solo unas pocas decenas de metros de distancia. Sin embargo, tenía el teléfono en el bolsillo del pantalón y nadie podría haber dicho que estaba realizando una llamada con él.

(En estos casos, nunca colgamos. Al principio lo hacíamos así hasta que, un día, mientras hablaba con la supuesta María delante de una T8, el móvil me sonó en la oreja. Fue bastante embarazoso. Desde entonces, nunca colgamos.)

Me aseguré de que tanto el Obstáculo como el Objetivo vieran el nombre de María en la pantallita antes de responder la llamada y empezar con mi teatro.

—¡María! ¡So pedazo de zorra! ¿Qué haces? ¿Que qué? ¿Qué estás dónde? No, no, tía…. Yo no voy a ir allí… No, ni aunque estés en la piscinita en bolas con tu amiga, ni nada… No, no, tía, en serio, yo paso…. No, que mañana tengo que representar la obra y paso de estar cansado… No, de verdad, qué puta eres… Yo pensaba que íbamos de tranquis esta noche… Qué cerda, tía, solo me quieres para «eso»… Oye tía, que aquí no somos como en tu puto país, ¿sabes? Aquí des-can-sa-mos… Sí, claro, pues si al final no voy (porque puede que no vaya, en serio, tía, creo que hoy no me apetece), si al final no voy, ¿quién va a pintarme las uñas? —al decir esto me miraba la mano libre y proseguía—. ¡Mira cómo las tengo…!

¿El propósito de la llamada? Podría resumirse en una frase. Valor y valor y valor y más valor y valor… VALOR.

Al cabo de un par de minutos como máximo, siempre cuelgo. Entonces le pido a la persona del Set a la que le he dejado cuidando mi cámara y que normalmente ha estado curioseando con sus fotos que me devuelva la cámara. Por cierto, mientras hablo por teléfono, suelo dedicarme a calibrar las reacciones de la gente. Puedo hacerlo porque la rutina de María está completamente enlatada y no tengo que pensar.

Dicho sea de paso, igual que hay muchas marías y de muchos colores, las hay de muchas nacionalidades. En este caso, María era una americana pija con un apartamento en la costa con la que, por supuesto, me comunicaba siempre en inglés.

Lo de «puta, zorra, etc»., lo digo también siempre en un tono amistoso-jovial. Nadie piensa jamás que la trato mal o que estoy dolido con ella en modo alguno. Vamos, que María y yo nos divertimos mucho el uno al otro, hasta el punto de que insultarnos ha llegado a formar parte indispensable de nuestro juego. Somos así de guays. Además, tengo con ella una buena relación y le hablo como lo haría con un T9 de la que soy muy amigo. Una persona con la que comparto de tanto en tanto experiencias únicas de sexo salvaje solo como pasatiempo y sin que ninguno de los dos llegue a implicarse emocionalmente.

Esa era mi Realidad, simplemente. Y al que no le guste, que se joda. Por supuesto, puede que estuviese exagerando un poco, pero ya conocéis el principio: finge que lo eres hasta que lo seas.

Como digo, di por concluida la conversación telefónica. Al hacerlo, suspendí un momento la mirada sobre los ojos del Objetivo con una mueca particular. Una mueca que expresa que estás dando por sentado que la persona que tienes enfrente no va a estar a la altura de las circunstancias. Y le pregunté:

—Por cierto, ¿tienes idea de… pintar las uñas? No, en serio, no me mires así… Si no tienes cierto talento artístico, mejor que lo dejemos… Además, tienes que ser rápida. Solo tengo dos minutos, ¿sabes?

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