LA PRESENCIA DEL AVEN

El aspecto del Aven es, junto todo aquello que nos dice su persona, un elemento esencial de su juego.

En otras palabras, el Aven debe comunicar muchas cosas sobre sí mismo, y debe hacerlo de forma congruente. El modo en que cuida su aspecto, su cuerpo y la clase de comunicación no verbal de que se sirve deben desmarcarlo tanto o más que otros rasgos que ya hemos estudiado.

En definitiva, todo aquello que su mera presencia transmite debe, sin formar parte de su personalidad, ofrecer DAVs y suponer una atractiva expresión de la misma.

Pues bien, esta presencia física de la que hablamos se compone de dos aspectos básicos:

El lenguaje corporal —o comunicación no verbal— del Aven.

El físico y la apariencia del Aven.

Por este mismo orden, pasamos a estudiarlos a continuación.

SU COMUNICACIÓN NO VERBAL[434]

Antes de entrar en detalles, voy a pedirte algo.

A partir de ahora, empieza a considerar tu cuerpo como un enorme proyector de cuanto hay y ocurre dentro de él. En particular, de cuanto tiene lugar en tu cerebro.

Su forma de moverse, los sonidos que emite, su olor, tacto y, por qué no, incluso su sabor son eficaces comunicadores de todo lo que eres y de cómo te sientes. En otras palabras, tu cuerpo y todo lo que acompaña a este, constituyen claros indicadores de tu valor como ser sexual.

De hecho, tu lenguaje corporal pesa en la percepción que los demás tienen de ti mucho más que tus palabras. De hecho, todos los expertos coinciden en afirmar que aquello que proyectamos a través de la comunicación no verbal constituye, al menos, el 85% del total de lo que comunicamos.

Yo no me encuentro en condiciones de especular sobre qué porcentaje exacto representa.

Pero sí te puedo decir que, si intentas proyectar Valor y generar Romance con la cabeza baja, la voz repleta de frecuencias agudas, una mirada asustada y huidiza, gestos de aprehensión, tics nerviosos y manos sudorosas… En fin, que si es así te espera una complicada tarea.

Tanto si ese es tu caso como si solo necesitas afinar un par de aspectos de tu comunicación no verbal, mi consejo es que te dediques a fondo a mejorarla. Como todo lo demás en la vida, es cuestión de tiempo y dedicación.

Y, por favor, no caigas en la trampa del «yo soy así, esta es mi forma de comportarme y de expresarme» o «si cambiase en esto, dejaría de ser yo».

A fin de cuentas, prácticamente todo lo que hacemos —incluida nuestra voz, nuestra forma de movernos, hablar, mirar, etc.— lo hemos aprendido a lo largo de nuestra vida. La única diferencia entre dicho aprendizaje y aquel que yo te propongo es que, a diferencia del otro, este último lo habrás elegido tú.

Además, a menudo un lenguaje corporal que suponga una DEV parte de una personalidad también poco apta. De ahí que, mejorando tu lenguaje corporal, también tenderás a mejorar de forma inconsciente y natural muchos rasgos de tu personalidad.

Esto ocurre debido a la conexión que existe entre nuestra fisiología[435], cómo nos comportamos y cómo sentimos. Dicho de un modo simple: meterse en el personaje ayuda a cambiar nuestra comunicación no verbal, y cambiar nuestra comunicación no verbal ayuda a meterse en el personaje[436].

Otra de las ventajas de convertirnos en expertos sobre el lenguaje corporal va más allá de poder expresarnos eficazmente a un nivel mucho más amplio que el verbal. Nos proporciona la capacidad, además, de interpretar con mayor fiabilidad las señales no verbales de una mujer.

Entre otras cosas, dicho conocimiento nos tiende una mano a la hora de reconocer IDIs no verbales por su parte, de determinar cuándo nos estamos equivocando de camino, de decidir si se está conmoviendo, le estamos afectando o si está experimentando un poderoso deseo sexual.

Por cierto, no olvides que el lenguaje corporal forma parte de la subcomunicación. Se trata de subtexto y no se habla de él por lo común. En general, el Aven tampoco sacará demasiado el tema a relucir salvo en contadas ocasiones. Por lo común, lo hará solo si le sirve como tema de alguna rutina específica[437].

Este es, como ves, un tema apasionante. Sin embargo, su amplitud excede con mucho las posibilidades de este capítulo[438].

Además, es muy probable que un libro no constituya el medio más idóneo para asimilar de forma rápida y efectiva los principios de cualquier clase de lenguaje corporal y, menos aún, aquellos del relativo al Juego de la Atracción.

Acepta, pues, que en lugar de extenderme con todos los pormenores relativos a la comunicación no verbal del Aven, me limite a darte algunos consejos. Creo que estos servirán al menos para situarte en el buen camino.

El primero es que te comprometas desde hoy mismo a prestar atención y estudiar a los grandes maestros de la comunicación no verbal.

No me importa que se trate de actores reales, o de papeles concretos que interpretan en alguna película. Pueden ser amigos o conocidos. Conozco incluso personajes de animación y videojuegos que podrían darnos más de una lección. Simplemente, empieza a modelar desde hoy todos los ejemplos que te parezcan efectivos. ¿Quiénes son aquellas personas o personajes, a cuyo comportamiento puedes tener acceso, que mejor plasman los ideales de Hombre Alfa y Héroe Romántico? Estúdialos y adáptalos a tu persona hasta que logres que una comunicación no verbal efectiva forme parte de tu naturaleza.

Entre tanto, voy a darte algunos consejos generales. Apuntes en los que, desde ya, puedes basarte para trabajar sobre tu comunicación no verbal.

RALENTIZA TUS MOVIMIENTOS Y ACTÚA CON SERENIDAD

Esto no quiere decir que vayas por la vida moviéndote a cámara lenta, que empieces a ser el peor en los deportes o que llegues tarde a los sitios cuando tienes prisa. Sin embargo, acostúmbrate a reaccionar con cierta flema, en especial cuando interactúes con mujeres. Trata de parpadear y gesticular más lentamente y evita los movimientos bruscos a menos que sea para salvarla de un accidente.

Para que entiendas a lo que me refiero, hazte las siguientes preguntas: ¿cómo te moverías si estuvieses muy relajado, muy seguro de ti y de tu entorno y no necesitaras nada de nadie? ¿Cuál es el lenguaje corporal opuesto a aquel con el que te expresas cuando te sientes inseguro, amenazado, estresado, nervioso o buscas la aprobación de alguien?

Si te ayuda a inspirarte, toma como ejemplo la pachorra del león.

EJERCITA EL CONTROL DE LA RESPIRACIÓN

Es posible que, cuando ya conozcas toda la teoría a la perfección, encuentres aún problemas para llevarla a la práctica. Esto es lo más natural del mundo y no debe preocuparte. A este respecto, el control de la respiración es una de las herramientas más eficaces de las que contamos los seres humanos a la hora de no dejar que nuestras propias emociones nos saboteen.

Además, reporta muchos otros beneficios a nivel de salud, paz interior, equilibrio vital, etc., cosas todas para las que las mujeres poseen una especie de Radar capaz de detectarlas.

Otra de las ventajas que dicho conocimiento te puede reportar es la de poder ayudar o guiar a otros a recuperar el equilibrio aplicando esta sabiduría[439].

Como fórmula de emergencia, te bastará saber que una buena respiración debe ser lenta, profunda y diafragmática. Un buen ejercicio para empezar a desarrollar esta destreza consiste en contar hasta diez mientras inspiras hasta quince mientras retienes el aire y hasta treinta mientras lo expulsas[440].

Dedica diez minutos a este ejercicio y comprobarás lo bien que te sientes cuando lo concluyas. Sobre todo, te ayudará a sentirte más dueño de tu propio cuerpo[441].

AÑADE PROFUNDIDAD A TU VOZ

En nuestra especie, la voz grave y profunda es sinónimo de sensualidad, incluso con las mujeres.

En el caso de los hombres, basta pensar en cualquier famoso o conocido con reputación de tener una voz bonita para comprobar que, invariablemente, esta es siempre bastante grave.

Ahora mismo me vienen a la mente, por ejemplo, las voces de Barry White y del presentador español Constantino Romero[442].

Al decirte que trabajes la gravedad de tu voz, no te estoy aconsejando que empieces a hablar en falsete como los niños cuando imitan a un ogro malo.

Por el contrario, debes ejercitarte con el objetivo de encontrar tu verdadera voz. Se trata de algo que la mayoría de los cantantes conocen. Simplificando, se basa en que esta parta de las profundidades de tu caja torácica.

Para ejercitarte, practica diferentes tonos de voz con la mano sobre el diafragma. Cuando este vibre, estás en el buen camino: esa es la clase de voz que debes cultivar[443].

La llamaremos: tu voz diafragmática.

Recuerda, además, que todos tendemos a contraer los músculos de todo nuestro cuerpo —y por tanto a hablar con una voz menos profunda— en los momentos de nervios, estrés, inseguridad o incomodidad. De modo que esos son, precisamente, los estados que comunicas cuando tu voz parte de la garganta.

PROPORCIONA A TU VOZ RIQUEZA DE INFLEXIONES

Una voz rica en inflexiones es todo lo contrario de una voz monótona y aburrida.

Para trabajarla, experimenta si quieres, leyendo poesías, relatos o fragmentos de cualquier cosa que te guste. Grábate leyéndolo de forma aburrida y desapasionada, y luego inyectando en tus palabras todo el sentimiento y la pasión de que seas capaz.

Trata de expresar, según proceda, tristeza, alegría, deseo, añoranza, miedo, sospecha y cualquier otro componente del vasto abanico emotivo humano que pueda enriquecerlo.

Experimenta con amigos y amigas. Cuéntale una historia a un niño pequeño con emoción o sin ella, y observa la diferencia. Aún mejor, recítale a tu perro un poema y trata de que su atención no se desvíe ni un momento de ti.

La verdad es que no me importa lo que hagas siempre que te sirva para cobrar conciencia de la enorme diferencia que supone una voz rica en inflexiones, una voz capaz de expresar. Se trata de algo, además, que te divertirá enormemente cultivar.

DOTA A TU VOZ DE ALCANCE

El alcance es un poco más complicado de explicar, aunque cualquier hipnotista comprendería de inmediato en qué consiste.

Se trata de una cualidad de la voz que esta adquiere cuando ejecutamos órdenes o interpelamos a alguien. Por ejemplo, supón que quieres lograr que un perro que apenas ha reparado en tu existencia te obedezca. ¿Cuál es ese componente que añades a tu voz cuando dices: «ven»?

Pues bien, ese es justamente el componente que llamamos «alcance».

El alcance se origina, pues, al introducir cierto elemento de autoridad y de concentración en nuestras palabras. Se trata de una forma de decir con el tono de voz: «Escúchame atentamente, me estoy dirigiendo a la parte más genuina y real de tu persona».

De hecho, vas a realizar un ejercicio práctico ahora mismo. Enuncia la frase anterior con bastante intensidad, implicando tus emociones en su significado. Si sigues bien estas instrucciones, es muy probable que lo hagas con alcance.

La cuestión es que también es posible dotar a la voz de dicha cualidad aun cuando no ejecutemos ninguna orden. Y eso es, precisamente, lo que te recomiendo que hagas.

HAZTE UN MAESTRO EN EL USO DE LA PAUSA

La pausa es uno de los grandes recursos con los que cuenta la comunicación humana[444]. Permite asimilar aquello que se comunica e incluso enriquecerlo con interpretaciones que de las que el propio orador no era consciente. Además crea expectación[445].

Existen tantas formas de usar la pausa con maestría como personas que dominan dicho arte, por lo que no quiero caer en la simpleza de recomendarte algo concreto. No voy a decirte que te pauses cada diez segundos o cada veinte.

En lugar de ello quiero que, como en todo lo demás, empieces a fijarte en la gente —por que la hay— que se sirve de este recurso.

Piensa si quieres en los políticos u oradores. Puede que el cura de tu parroquia vecina haga un buen uso de ella en sus sermones. Estudia a aquellos presentadores y locutores de la radio que fascinan a su público y son capaces de mantenerlo en vivo.

Y, sobre todo, practica, experimenta. Con textos, con historias, en el diálogo. Utiliza la pausa de diferentes maneras y observa las diferentes reacciones de la gente.

¿De qué forma logras despertar más interés y captar su atención? ¿De qué forma hablan ellos cuando captan la tuya?[446]

DOMINA EL ARTE DE LAS MIRADAS

¿Has oído decir alguna vez que las miradas bastan? Pues bien, no hay nada más cierto.

Con la mirada puedes preguntar, acusar, culpar, desaprobar, despreciar, premiar, sonreír, burlarte, animar, atacar, defenderte o acariciar. De hecho, puedes hacer que una chica no pare de pensar en ti, que se ponga roja o incluso hacer que moje su ropa interior… simplemente mirándola.

Con la mirada puedes también comunicar Valor, Conexión y, desgraciadamente, también todo lo contrario.

Por cierto, tener unos ojos bonitos y llamativos nunca hace daño a nadie, pero no te obsesiones con ello si no es tu caso.

En realidad, es el poder que encierran los ojos detrás de ellos, lo que comunican, la fuerza y la entereza del espíritu de su dueño el que hace el trabajo. He visto hombres con ojos mediocres o incluso feos usar su mirada para ejercer efectos sobre las mujeres que rozan la magia. En otras palabras, los ojos son atractivos cuando se saben utilizar[447].

Pregúntate: ¿qué es lo que quiero proyectar? ¿En qué medida puedo hacerlo con la mirada?[448]

ESPACIO Y MAJESTUOSIDAD

Ocurre no solo en la nuestra, sino en todas las especies. Los Machos Alfa dominan más espacio y adoptan posturas, por así decirlo, más majestuosas. Así que, a partir de ahora, ocupa más espacio y sé más majestuoso.

Eso sí, quiero que entiendas que con esto no te estoy aconsejando que incurras en la grosería o la mala educación, ni que te vayas peleando en la calle con la gente por un palmo de suelo. En cuanto a la majestuosidad, hazlo también con sutileza, elegancia y naturalidad. Recuerda que tus posturas pueden ser elegantes y poderosas sin que parezca que tu esqueleto carece de articulaciones o que la mano de un gigante invisible está tirando hacia arriba de tu barbilla. Como en todo, si exageras puedes provocar el efecto contrario al que persigues, ofreciendo la temida DEV[449].

En la práctica, esto se traduce a cosas tan concretas como poner una pierna sobre la otra cuando te sientes, extender los brazos apoyándolos sobre respaldos o reposacodos, alzar la barbilla, caminar erguido y con los brazos ligeramente separados del tronco[450], no dejar caer los hombros, sacar pecho, etc.

Cuando estés de pie, separa un poco las piernas y, para quitar rigidez a la postura y dotarla de algo más de gracia, descansa ligeramente el peso de tu cuerpo sobre una de las caderas.

Creo que el principio es bastante sencillo y no necesita mayor aclaración.

AUSENCIA DE TICS, MUECAS Y POSTURAS, GESTOS DEFENSIVOS Y OTROS ELEMENTOS QUE DELATEN INSEGURIDAD[451]

Seguir los principios anteriores, pero continuar escudando nuestra falta de confianza en tics, muecas, posturas defensivas o cualquier clase de aspaviento, sería como sepultar todo el trabajo que hemos llevado a cabo.

Se trata de algo, no obstante, que casi todos hacemos o hemos hecho en mayor o menor medida[452].

Para evitarlas, es conveniente empezar por detectarlas. Examínate a fondo y sin piedad, o pide a una o varias personas dignas de confianza que te echen una mano.

Una vez conozcas todo aquello que haces de forma inconsciente pero que sabotea tu capacidad para tener una vida social más exitosa, trabaja por sustituir dichos hábitos por otros nuevos.

Porque al final solo se trata de eso: hábitos.

APROVECHA EL PODER DE LAS POSTURAS EVASIVAS[453]

¿Te ha ocurrido alguna vez que la chica que te gusta te ignore? ¿Sí? ¿Y qué me dices de cuando parece que está contigo solo a medias?

Vamos, cuando le hablas y en teoría te escucha pero, de alguna forma, tienes la clara impresión de que no tienes su atención completamente. Cuando está ocupada haciendo otra cosa a la vez, o mirando su móvil por ejemplo, o con cara de estar esperando algo interesante de un momento a otro y que no tiene nada que ver contigo. O cuando, simplemente, esa chica a la que no conoces y no dejas de mirar no parece caer en la cuenta de que existes.

Pues bien, ¿cómo te sientes en esos momentos? Y ¿te has fijado en sus posturas? Quiero que reflexiones sobre cómo te hacen sentir, porque se trata de un recurso del que tú también puedes aprovecharte.

Cuando te acercas a una mujer, por ejemplo, resulta muy efectivo hacerlo casi dándole tu espalda. Esto se conoce como «Ladeo». Pues bien, el Ladeo resulta mucho menos amenazante y no pone en entredicho tu Valor[454].

También es muy poderoso mantener una postura oblicua en las primeras fases, como si tuvieras tus reservas a la hora de abrirte. O servirte de lo que se conoce por «Recueste», inclinándote ligeramente hacia atrás. Estas son DAVs que muestran una total ausencia de necesidad a la vez que eliminan desconfianzas y recelos.

RIQUEZA DE GESTOS

Hay pocas cosas peores que el aburrimiento. El Aven debe cultivar su capacidad para tener en vilo no solo una mujer en concreto, sino audiencias enteras[455]. Y debe poseer dicha destreza aun cuando haga un uso comedido de ella para no ser encasillado como showman o animador de tertulias.

La riqueza de gestos es una de esas cualidades que hace que la compañía de un artista jamás resulte aburrida. Si alguna vez has estado sobre un escenario, seguro que entiendes lo que digo.

Si no es así, realiza una inversión y regálate una noche en el teatro. Observa a los actores.

¿Qué hacen de sus posturas y de sus gestos? Por lo general, ¿permanecen estáticos con los brazos caídos o se pasean por el escenario[456]? ¿Se sirven de los objetos como pequeños refuerzos? ¿Son pasivos o mantienen una actitud dinámica y cambiante? ¿Se olvidan totalmente de su lenguaje corporal o conciben este como un aspecto fundamental de su comunicación con el público? Creo que me entiendes[457].

SU FÍSICO Y APARIENCIA

Ya lo hemos apuntado. Tu cuerpo es como un enorme proyector de cuanto hay y ocurre dentro de él, y en particular de tu cerebro. Esta afirmación, sin embargo, va algo más allá de la comunicación no verbal. Incluye también tu aspecto físico[458].

En otras palabras, tu apariencia es también muy importante. Ofrece una gran cantidad de información e invita a llevar a cabo interpretaciones sobre ti.

¿Quieres que te lo repita?

Tu apariencia cuenta. Y puede, como es lógico, convertirse en una DAV o en una DEV.

Supongo que la noticia no coge de sorpresa. Ahora bien, lo que puede que sí te choque un poco más es lo que voy a decirte a continuación.

Tu físico depende de ti en más de un 80%.

«¿Es ahora cuando viene la triquiñuela?», te estarás preguntando. «Seguramente», te dirás, «ahora me hablará de cómo, si me visto bien, puedo lograr que más del 80% de mi cuerpo tenga buen aspecto, o una perogrullada parecida. Algo, en definitiva, que pueda sonar grandilocuente, pero que a la hora de la verdad no va a cambiar la percepción que las mujeres tienen de mi».

Sin embargo, aunque es verdad que la ropa cubre más del 80% de tu cuerpo, no es eso solo a lo que me estoy refiriendo.

Lo que quiero decirte, con total seriedad, es que en la mayoría de los casos cambiar la percepción que las mujeres tienen de nuestro físico se encuentra en nuestra mano. En grandísima medida.

En la mayoría de los casos, no hay hombres poco apuestos. Tan solo, hombres perezosos.

Hace tiempo, yo mismo era un escéptico en esta materia. Me guiaba por el lema: «La mona, aunque se vista de seda, mona se queda». De hecho, había conocido muchas mujeres que no llegaban a despertar mi atracción ni la de otros conocidos por muy arregladas o llamativas que vistiesen, así que consideraba natural que la misma ley se aplicase al caso del hombre.

Pero estaba equivocado.

Por un lado, muchas de esas mujeres es verdad que se habían arreglado y adornado, pero en la mayoría de los casos les faltaba gusto al hacerlo. Y, tras un análisis profundo, se acababan revelando como personas que no mostraban verdadero respeto y amor por su propio cuerpo.

Por otro descubrí que, si bien todos —con independencia de nuestro sexo— podemos hacernos más atractivos sin necesidad de pasar siempre por el quirófano, en el caso de los hombres este principio es aún más poderoso. Lo es pese a lo que parezcan sugerir nuestra cultura o las apariencias.

Puesto que el atractivo del hombre está menos basado en el físico que el de la mujer, apenas existen rasgos en la apariencia de este que no puedan de un modo u otro volverse en su favor.

Es ahora, después de haber operado cambios importantes en mi propio físico y tras haber presenciado transformaciones casi milagrosas, que comprendo el alcance de este poder. El enorme poder con el que la mayoría de hombres contamos a la hora de afectar sobre la percepción que los demás tienen de nuestro atractivo físico.

Desafortunadamente, este tema es una materia de estudio en sí misma. Se pueden dedicar a ella —y de hecho se han dedicado— libros enteros, así que yo solo voy a darte unos rápidos consejos. Mi objetivo es que comiences a dar pasos dentro de la buena dirección, de forma que a partir de ahora tu aspecto solo pueda mejorar.

Esta vía consta, por así decirlo, de dos carriles.

Por un lado, tu misión será corregir todo aquello que pueda, en estos momentos, estar saboteándote y haciéndote sexualmente menos deseable de forma directa, sin que apenas seas consciente de ello. En definitiva, todo aquello que suponga una clara DEV en tu físico.

Por otro, deberás instruirte sobre la clase de detalles relacionados con la percepción física de tu persona que pueden hacerte más interesante, agradable o atractivo[459]. Es decir, con todas las posibles DAVs que podrías proyectar por medio de tu apariencia y que no estás aprovechando.

He aquí, pues, algunos principios de validez más o menos general en nuestro tiempo y dentro de lo que se entiende por «mundo occidental».

Primero hablaremos de cómo eliminar todo aquello que te hace repulsivo, alcanzando un deseado estado de neutralidad. A continuación, entraremos en detalles que pueden, potenciando tu atractivo natural, mejorar tu juego en el plano de la apariencia y el físico.

¿Preparado? Allá vamos.

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