TÚ ERES EL PREMIO

Hablando de realidades que juegan en tu favor, ¿qué tal esta?:

Tú eres el Premio.

La idea es dejar sentadas las bases de la relación desde el mismo principio. El Marco[213] básico, es decir, el significado subyacente de la interacción en el que esta se desenvuelve, debe ser constante:

Tú eres el Premio. A ella le corresponde, por lo tanto, tratar de que le gustes o conquistarte, ya sea en el sentido de intentar crear en ti atracción, ya en el de obtener aceptación o Validación de ti. De hecho, necesita tanto impresionarte que está dispuesta a acostarse contigo para conseguirlo. Y sí, os vais a acostar juntos, pero solo si ella se mantiene a la altura de tus estándares y expectativas.

Actúa de forma consecuente con este principio y, aun cuando inicialmente no te sientas como el trofeo de vuestra interacción, asume que lo eres. En otras palabras, haz como si lo fueras hasta que lo seas.

Para moverte en este Marco con congruencia, debes tener ciertas cosas presentes. Entre ellas, que sus armas de carácter sexual no te impresionan. Además, tú eres el que la evalúa, el que la juzga, y no a la inversa. Cosas todas que ya no nos resultan nuevas.

Pero, ¿no es todo esto más que hueca palabrería?, puede que te preguntes. A fin de cuentas, la realidad no se corresponde con dicho esquema. Por el contrario, dentro de lo que la mayoría de nosotros aceptamos como realidad, la TB es el verdadero premio, es la perseguida, la que cualifica y la que ofrece o niega Validación a los hombres que solicitan su atención.

Te dirás, entonces, que ese es el único significado subyacente en las interacciones que se dan entre mujeres y hombres, y que se trata de una mera cuestión de reconocer la realidad objetiva.

Mi misión es hacerte ver que esto es así solo en la medida en que lo creas.

Por eso, si una mujer se comporta como el Premio contigo y tú aceptas dicho comportamiento con todo lo que conlleva, estás al mismo tiempo aceptando su Marco de la realidad. Estás, por así decirlo, acatando el significado subyacente que ella —y con ella quizás gran parte de nuestra sociedad— otorga a vuestra interacción. Pero ello no hace de dicho significado algo cierto o necesario.

De hecho, este no pasaría de ser un Marco que ambos habéis asumido, consciente o inconscientemente. Y esto, lejos de constituir la «realidad objetiva», solo demostraría que su Realidad, su Marco, ha resultado ser más poderoso que el tuyo. Ella te habría impuesto su Realidad.

¿Por qué digo esto? Porque los Marcos —o significados subyacentes con que dotamos a las interacciones— existen solo dentro de nuestras mentes. No pertenecen, pues, a eso que llamamos «realidad objetiva». Son, por el contrario, realidades subjetivas acordadas por los participantes de dichas interacciones. La pregunta es: ¿por qué aceptar una realidad subjetiva perjudicial para ti? ¿Por qué no, en cambio, tratar de establecer otra más favorable?

Y ese, precisamente, debe ser nuestro objetivo.

De ahí que te convenga, por un lado, reforzar aquellas creencias que van a permitirte aceptar como válido un Marco favorable a tus propósitos. Por otro, también debes mejorar tu capacidad para comunicar eficazmente dicho Marco.

La mejor forma de lograr esto último es con sutileza. Más que comunicar, debes subcomunicar que eres el Premio. Hazlo dejando entrever pequeños detalles de tu persona y comportamiento. Que nunca parezca que lo haces a propósito. Y, a menudo, sírvete del humor.

Los que te indico a continuación son solo algunos de los recursos que te ayudarán, dentro de tus interacciones con mujeres, a establecer un Marco según el cual tú eres el Premio.

ACÚSALA, MALINTERPRÉTALA, DESCONFÍA

¿Quién se intenta aprovechar de quién? ¿Quién tiene oscuras intenciones? ¿Quién muestra un comportamiento sospechoso y del que cabe recelar?

Las acusaciones, la desconfianza, la sospecha espontánea y las malinterpretaciones aparentemente involuntarias son herramientas estupendas a la hora de virar la dinámica de la interacción en tu favor.

Ten en cuenta que si su atención se centra en superar dichos obstáculos y en esforzarse por que no pienses mal de ella, estarás consiguiendo un par de cosas a la vez. Por un lado, le resultará difícil aplicar su juego ordinario sobre ti y absorberte hacia su Realidad. Por otro, la estarás succionando tú hacia la tuya, al inducirla a que juegue tu juego y a que, en un nivel subconsciente, acepte tu Marco.

Además, si se hace con cierto humor esto puede llegar a ser divertidísimo.

ERES EL EXAMINADOR

Eres el examinador, no el examinado.

Recuérdalo. Quien juzga primero, juzga dos veces.

Por ello, califícala constantemente. No renuncies jamás a la mentalidad de que es ella la que tiene que probar su valía ante ti, e indúcela a que lo haga una y otra vez. En broma, en serio o inadvertidamente. Pero califícala siempre[214].

Puedes incluso bromear poniéndole nota. Dale y quítale puntos. Dicho sea de paso, resulta más divertido cuando le quitas y la obligas a moverse durante un tiempo entre números negativos.

Esto resulta importante porque, aun cuando se haga en broma, ayuda a fijar el Marco correcto. El de que ella es la cazadora y tú, el trofeo.

USURPA SU ROL DE MUJER OBJETO

Toma la realidad de una TB que es a menudo vista como una mujer objeto y róbale completamente el Marco[215]. Presta atención a todo lo que suelen hacer y aplícalo con ella antes de que ella tenga oportunidad de usarlo contigo. En otras palabras, róbale su juego y desármala. Si te anticipas a todo lo que estas mujeres suelen hacer, ya no le quedarán armas que usar contigo y no tendrá ni idea de cómo comportarse.

Haz cosas como darle la espalda jugueteando cada vez que se comporte de un modo que no te gusta, viste como un objeto sexual[216] y hazle saber que hay cosas que se miran pero no se tocan. Cuando te esté hablando, distráete con cualquier cosa o empieza a hablar con otra gente, pierde de repente el interés, abandona el contacto físico como forma de desaprobación cuando te diga algo con lo que no estás de acuerdo y recurre, en general, a todo aquello que las TBs han hecho hasta ahora contigo para manipularte o controlarte.

Esto puedes hacerlo como IDES[217] o de forma más o menos cómica, pero de cualquier modo te resultará de utilidad a la hora de establecer que tú eres el Premio de la interacción. Además, contribuirá a que ella deje pronto de encontrar sentido a su rol de TB y renuncie a adoptarlo contigo.

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