CABALLEROSIDAD E INSTINTO PROTECTOR

La Caballerosidad y el instinto protector no son más que la forma que toma nuestra seguridad cuando la proyectamos adecuadamente sobre otros.

Se trata, además, de una gran actitud a la hora de desmarcarte románticamente del resto y de servirte de los detalles para comunicar algo que, muy a pesar de las modas pasajeras, jamás ha dejado de atraer y fascinar a las mujeres. Y es que, secretamente, la mujer sigue anhelando —sobre todo en un mundo como el nuestro que la obliga, cada vez más, a ser fuerte y segura— protección, atención y cuidados.

A fin de cuentas, pocas cosas pueden satisfacer su instinto más que el percibir que, aparte de estar junto a un Hombre Alfa, este se preocupa por ella, entiende sus necesidades y está dispuesto a protegerla.

Hablamos, eso sí, de un rasgo que ha sido sobreexplotado por los galanes del pasado, por lo que ahora arrastra ciertas resonancias anticuadas, sexistas o incluso manipuladoras. Hecho que, lejos de hacer que desaparezca la demanda de la Caballerosidad y Protección masculina, simplemente ha permitido que esta adopte formas más sutiles y sofisticadas.

Mi consejo es que te muevas con los tiempos que corren y te conviertas en un caballero de nuestros días.

Para empezar, olvídate de echar mano de estos gestos en situaciones concretas y, en lugar de ello, desarrolla un instinto de Caballerosidad y Protección. En otras palabras, debe convertirse en una especie de reflejo. Desde fuera ha de percibirse como algo que haces de forma natural e inconsciente, prácticamente sin reparar en ello.

Y, aunque un caballero como tú seguramente no lo necesita, te diré que este tipo de gestos caballerosos incluyen cosas como abrir puertas (la del coche incluida), llenar vasos, servir la comida, ofrecer antes a los demás de cualquier cosa que vayas a consumir, envolver con tu abrigo a la otra persona en las noches frías, ofrecer tu mano al subir alturas o escalones, arreglar la solapa de la camisa, quitar legañas —u otros cuerpos extraños— de los ojos, aplicar crema bronceadora sin que te lo pidan, encender cigarrillos (aunque no te recomiendo que vayas con fumadoras, no es sano), curar heridas, coger pesos o cualquier otra cosa que pueda incomodar ligeramente, caminar por el lado externo de la acera, extender la mano derecha con ademán protector cuando frenas de forma brusca con el coche, y un larguísimo etcétera que tú mismo podrás ir completando.

Podrás hacerlo a medida que enriquezcas tu experiencia y te empapes del comportamiento de los grandes Don Juanes de nuestro tiempo, así como de los héroes de la ficción romántica.

Invitar, por ejemplo, no te recomiendo que lo hagas a menudo a menos que te sobre la pasta y estés dispuesto a hacerlo con todo el mundo. De lo contrario, te arriesgarías a fortalecer el Marco de que intentas comprarla o de que ella es el Premio. Estarás ofreciendo una DEV y actuando como un Beta.

Las que siguen son algunas indicaciones que te ayudarán a llevar mejor el hábito de la Caballerosidad.

MUÉSTRATE PROTECTOR CON LOS SERES PRÓXIMOS

Esto no solo va a hacerla sentirse más segura a tu lado y a generar, por lo tanto, más Romance. Va a lograr también que parezcas más Alfa.

En otras palabras, mostrar al Objetivo que te gusta proteger a las personas cercanas a ti es en sí mismo una DAV.

TEN UN CONCEPTO POSITIVO DE LA MUJER

Pregúntate: ¿es posible ser un caballero y a la vez odiar a la mujer? La respuesta es un rotundo no.

De hecho, si te he saturado con explicaciones científicas evolucionistas sobre la mujer y su comportamiento es en parte porque quiero que la entiendas. ¿Con qué fin? Con el de que jamás condenes a las mujeres por su naturaleza ni les guardes rencor alguno cuando te hieran con comportamientos que, desde tu perspectiva de hombre, no puedes explicar.

Después de todo, alimentar algún tipo de resentimiento contra la mujer solo va a lograr tres cosas:

Demostrar que no has entendido bien las enseñanzas de este manual.

Impedir que llegues a dominar en profundidad las Artes Venusianas.

Parecer un Fruscambriento avinagrado que lleva años sin pillar cacho.

Piénsalo. Al mundo ya le sobran resentidos y resentidas hacia el sexo opuesto, hombres que maltratan o ponen en peligro la integridad física o psicológica de las mujeres y mujeres amargadas que guardan un odio y rencor infinito hacia todo lo masculino.

La noticia que tengo para ti es que dicha actitud, aparte de ser poco deseable para la sociedad, para tu felicidad y para tu propia realización como ser humano, resulta muy poco atractiva[242]. Es una DEV que puede olerse a kilómetros de distancia.

De ahí que si, además de no condenar a la mujer por su propia naturaleza, te eriges públicamente en amante de ella, estarás proyectando simultáneamente muchos rasgos positivos. Entre otros, estarás dejando claro que tienes un gran potencial romántico y estarás a la vez subcomunicando que, en general, te va bien con ellas.

Estarás, pues, demostrando Valor y haciéndote más atractivo.

NUNCA ESPERES NADA A CAMBIO DE TU ROMANTICISMO

¿Sabes cuál es la diferencia entre un Fruscambriento manipulador y un verdadero caballero?

Cuando el primero muestra un comportamiento romántico de este tipo, lo hace con la esperanza de obtener algo a cambio, de canjear su esfuerzo por alguna clase de recompensa. Y se le nota[243].

En cambio, el caballero lo hace simplemente porque forma parte de él. De hecho, se siente más cómodo con esta clase de gestos que sin ellos.

Mi consejo es, por tanto, que te esfuerces por hacer que todo lo dicho en este apartado pase a convertirse en una especie de segunda naturaleza tuya. Recuérdate que, a fin de cuentas, no haces esto por nadie más que por ti.

Créeme, no hay nada más Alfa.

PRACTÍCALO CON TODO EL MUNDO

He mencionado al principio que la Caballerosidad ha ido adoptando formas más sutiles y sofisticadas. Una de las mejores y más progre es aquella que puede confundirse con educación. Impide ser detectado por el Radar del Objetivo y es igualmente efectiva que la tradicional, de corte más machista.

Por ello —así como por ejercitarlo e interiorizarlo— cultiva siempre este hábito. Hazlo en cualquier lugar y situación, con todo tipo de personas. Sí, has oído bien: con todo tipo de personas.

TBs o no, y tengan la edad que tengan. Y, en el caso de que estos te lo permitan, también hombres. Si el hombre en cuestión es homosexual y no te interesa, deja claro que no lo haces con ningún propósito especial.

Si, en cambio, el hombre es de tu agrado, no te des excusas y abandónate a la magia del momento[244].

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