Capítulo 50

—No hay nadie en la casa —dijo Fitz a través del teléfono del coche, mientras Taylor y Baldwin violaban todas las normas de tráfico y los límites de velocidad para llegar a casa de Reese—. Hemos dejado la escena. Se ha marchado.

—Pedid una orden de búsqueda y captura para él y para su coche. Está por ahí otra vez, y no podemos arriesgarnos a que mate a otra chica —dijo Taylor.

Colgó el teléfono y miró a Baldwin, que estaba hablando por su móvil y tomando notas a la vez, tan rápidamente como podía.

—Está bien, gracias. Eso es lo que necesitábamos —dijo. Colgó y le devolvió la mirada a Taylor—. Nathan Chase ha tenido una visita. Sólo una. Fue un chico que lo visitó hace cinco años. ¿Quieres saber quién?

—Reese Connolly.

—Exacto. Ahora todo tiene sentido. Si Quinn nos hubiera dicho desde el principio que Reese no era su hermano pequeño, sino su hijo, nos habría facilitado las cosas.

—Baldwin, no creo que se lo haya dicho a mucha gente. Es obvio que ella ni siquiera piensa que Reese lo sepa. Pero él se lo imaginó, ¿no?

—Supongo que sí, si fue a visitar a su padre a la cárcel. Es… espera un minuto. Volvamos a la oficina. Quiero comprobar una cosa.

Llegaron al Centro de Justicia Criminal en cinco minutos. Subieron rápidamente al despacho de Taylor.

El ordenador portátil de Whitney seguía abierto sobre el escritorio. Baldwin abrió la carpeta de los correos electrónicos y después se acercó a la pizarra blanca que había en el despacho y escribió una dirección: S0Y2166226C. Comenzó a separar las letras y los números de una forma que no tenía sentido para Taylor. Baldwin estaba muy animado mientras escribía, y finalmente se apartó de la pizarra para mostrarle el producto terminado.

S/O/Y/2/1/6/6/2/2/6/C

SOY/21/6/6/22/6/C

SOY 21 6 6 22 6 C

SOY R E E S E C

Soy Reese Connolly

Baldwin tenía una expresión de triunfo, como si acabara de descifrar el acertijo más complicado del mundo.

—¿Cómo se te ha ocurrido? —le preguntó ella.

—Al principio pensé que era el número de prisionero de Nathan Chase, pero eso no concordaba. Es un código sencillo que hace corresponder las letras del abecedario con los números. Está bastante claro.

Taylor miró la pizarra durante un rato, tomó el rotulador de manos de Baldwin y escribió su propia respuesta debajo de la de Baldwin.

Soy Reese Chase

—El hijo de su padre. Se trata de eso, ¿no, Baldwin?

Baldwin estaba mirando la pizarra, asintiendo.

—Creo que sí.