En Algonquin Bay, una pequeña ciudad canadiense, han desaparecido cuatro adolescentes sin dejar rastro. La policía abre una investigación, que pronto se revela infructuosa. El único que se resiste a abandonar el caso es el solitario y tenaz detective John Cardinal. Tendrá que darse prisa, porque quizá esté en juego la vida de otros inocentes.