III
...Andrés recobró el conocimiento con lentitud y muy inquieto, pero se tranquilizó frente a la patriarcal figura del viejo doctor Enmanuel.
—No es nada —le dijo éste—. Está usted a salvo, en la clínica presidente Junco Barrios. Déjeme mirar de nuevo su ojo. Jamás sabré qué cosa se le introdujo en él y le hizo eso en la córnea...