Agradecimientos

Este libro nació el 8 de enero de 2012 porque mi agente, Carmen Balcells, nos sugirió a Willie Gordon, mi marido, y a mí, que escribiéramos una historia de crimen a cuatro manos. Lo intentamos, pero a las veinticuatro horas fue evidente que el proyecto terminaría en divorcio, de modo que él se dedicó a lo suyo —su sexta novela policial— y yo me encerré a escribir a solas, como siempre. Sin embargo, este libro no existiría sin Willie, él me ayudó con la estructura y el suspenso y me sostuvo cuando flaqueaba. También hay otros colaboradores a quienes estoy muy agradecida:

Ana Cejas es la bruja buena que inspiró el personaje de Indiana Jackson.

Robert Mitchell es el navy seal del libro, aunque tiene dos piernas y la conciencia limpia.

Sarah Kessler fue mi magnífica investigadora.

Nicolás Frías, mi hijo, revisó el texto para corregir mis frecuentes errores de lógica, que mis lectores atribuyen al realismo mágico.

Andrea Frías, ni nieta, me inició en los misterios de Ripper, el juego de rol.

El doctor D. P. Lyle, experto forense, respondió a mis preguntas sobre homicidios, armas, drogas y venenos sin agobiarme de advertencias morales.

Lawrence Levy, psicólogo, contribuyó al desarrollo del personaje más importante: el villano.

El capitán Sam Moore me instruyó sobre las aguas de San Francisco.

Lori, mi nuera, y Juliette, mi asistente, me defendieron del mundo mientras escribía.