Una compañera
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Firmada la Paz del Zanjón, Amalia Simoni, viuda de Ignacio Agramonte, fue a vivir con sus hijos a Nueva York, siendo frecuentemente visitada por Martí, que escuchaba con honda emoción sus relatos sobre el Bayardo camagüeyano. Un día le dijo Martí:

—¡Amalia, Ignacio Agramonte tuvo una compañera! No todos los hombres han tenido la suerte de hallar en la esposa una compañera ...

Se refería evidentemente a sí mismo, que no tuvo en Carmen Zayas Bazán esa compañera.