Introducción
En todos los tiempos la anécdotaha sido, y lo sigue siendo, una de las formas más populares de conocer a los grandes hombres, precisamente por presentar de manera breve algún suceso de su vida o algún rasgo saliente de su personalidad; aunque no es menos cierto que no todas las anécdotas poseen siempre un sello de rigurosa exactitud histórica, porque en ellas influye, sin duda alguna, la impresión subjetiva de las personas que las relatan o escriben.
Naturalmente, el caso de Martí no es una excepción, si bien resulta curioso comprobar que, pese a su fecunda y extraordinaria existencia polifacética, el anecdotario martiano no es tan copioso como pudiera esperarse.
En 1948 publiqué, con el título de Anecdotario Martiano, un libro con 75 anécdotas del Apóstol de nuestra Independencia, el primero publicado hasta entonces. Esta nueva obra tiene como propósito fundamental ofrecer a los jóvenes cubanos un cuadro exacto y bien perfilado de la extraordinaria personalidad del gran revolucionario cubano.
Algunas de las anécdotas pueden no parecer del todo acertadas, pero han sido incluidas, tras de cuidadosa reflexión, por venir de fuentes evidentemente fidedignas, y porque en cuestiones de anécdotas no debe olvidarse nunca la célebre frase italiana: “Si non e vero e ben trovato”.
Hecha esta advertencia, quiero reiterar que he procurado compulsar la autenticidad de las anécdotas, por lo que creo poder afirmar sinceramente que en su mayoría son verídicas.
Gonzalo de Quesada y Miranda
La Habana, diciembre de 1974