En alas de mi
pueblo
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Al llegar Martí por primera vez a Cayo Hueso, se le ofreció un lujoso carruaje para conducirlo al Duval House, de Madame Bolio. Pero declinó usarlo, exclamando:
—No, gracias por tanto cariño: ¿dónde podré ir mejor que llevado en alas de la ternura que me tiende mi pueblo?
Y fue a pie, rodeado de los cubanos que se habían congregado para darle la bienvenida.