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Los sentimientos de la madera
¿Conoces tú, Eliacim, los sentimientos de la madera, el amor, la responsabilidad, el temor, el odio, la lealtad, la pureza de la madera?
(Aquella conversación que sobre este entretenido tema tuvimos, Eliacim, ¿te acuerdas?, y que interrumpimos porque vinieron unos amigos a buscarte para ir a las carreras de caballos, pudiéramos continuarla, si a ti te parece, un día que tengas un par de horas desocupadas.)
Yo no creo que nadie se haya detenido jamás a pensar, con el espíritu bien dispuesto a todas las sorpresas, en esto de los sentimientos de la madera, inconcretos y difusos como los sentimientos de los hombres, pero, en ningún caso, más inconcretos y difusos que los sentimientos de los hombres.
Y es lástima esto que te dejo dicho, Eliacim, porque conocer la clave de los sentimientos de la madera, hijo mío, podría resultar muy beneficioso para todos. No es lo mismo, Eliacim, percátate de ello, comer en una mesa de madera leal, que comer en una mesa de madera cobarde; dormir en una cama de madera pura, que dormir en una cama de madera irresponsable; ser enterrado en un ataúd de madera amorosa, que ser enterrado en un ataúd de madera vengativa.
¡Qué pena, Eliacim, no poder recibir clases particulares sobre la forma de conocer los sentimientos de la madera!