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Música de fondo
Existe toda una técnica, Eliacim, una técnica que, por cierto, no debe ser nada difícil, sobre la música de fondo. Los músicos especializados en esta clase de música, hijo mío, suelen tener los resquicios de la cabeza nublados por un vaho tibio y traslúcido que aumenta su temperatura y cierra su capacidad de dar paso a la luz en función de la intensidad emocional de las situaciones.
Ellos se colocan su manómetro sobre las glándulas suprarrenales y trabajan automáticamente, como las neveras eléctricas. La cosa no puede ser más sencilla.