—En todo caso, para él, imagino.
—Espero que sea así, Bridget.
—¿Crees que bajará aquí? ^-preguntó ella ansiosamente. El joven hizo un gesto de asentimiento.
—Tiene que morder el cebo —contestó.
—Estás muy seguro...
Moodson enseñó un papel que acababa de sacar del bolsillo.
—Es la carta que recibió Peggy Barstow, escrita con la misma mano que escribió el mensaje que acompañaba a la rata muerta. El cree que yo quemé la carta que me envió con la rata, pero no es así. La guardo, además de que su letra es fácilmente identificable. La carta que envió a Peggy es una prueba que le compromete gravemente.
—Suponiendo que se encuentre el cadáver de la pobre señora Barstow...
—Aparecerá en el momento oportuno —aseguró el joven. Bridget le miró asombrada.
—Sabes dónde está —adivinó.
—En efecto, así es.
—No me habías dicho nada...
—Estimé que era preferible callar por el momento. Todavía no estaba seguro de su culpabilidad.
—V ahora, sí, por lo visto.
—Sin duda alguna, Bridget.
—No sé qué decir... Me siento tan confundida, Tony...
—Es lógico. No esperabas que sucediera una cosa semejante.
—Tú has averiguado muchas cosas y todavía no me explico cómo...
Bruscamente, Moodson agarró a la joven por un brazo, a la vez que se ponía el dedo ante los labios.
—Silencio, ya está ahí —dijo en voz muy baja.
Bridget se volvió. Un escalofrío de terror reconoció su cuerpo al ver que la cuerda que había utilizado para bajar se agitaba como una serpiente viva.
* * *
Moodson dio un paso hacia adelante, pero antes de que pudiera hacer nada, la cuerda se precipitó al vacío.
Algo pasó silbando oscuramente por delante de la boca de la cueva. El joven pudo ver, durante una fracción de segundo, una pesada piedra atada al otro extremo de la cuerda, que desapareció casi instantáneamente de su vista.
Momentos después, oyó el choque de la piedra contra el fondo del pozo. Arriba sonó una burlona carcajada.
—Moodson, ¿me oye bien? —preguntó alguien.
—Perfectamente, Barnand —contestó el joven—. Esta vez, parece, ha aprendido bastante. No ha querido que yo pudiera agarrar la cuerda, como en la ocasión anterior,
¿eh?
—Pensé que lo intentaría. Esta vez, la piedra le habría arrastrado al fondo, aunque no