Ella leyó el mensaje y su rostro se ensombreció.

Yo diría que es una amenaza de muerte manifestó.

No se puede tomar muy en serio, a pesar de todo -declaró el joven. Cerró la caja y se dirigió a la señora Hicks. Habrá que tirar eso a la basura agregó.

Sí, señor. Descuide, yo me encargaré de hacerlo ahora mismo.

Y también saber quién es el mensajero, Zoé.

Le conozco, señor. ¿Quiere que le diga algo?

No, ya le interrogaré yo mañana, muchas gracias. Moodson se volvió hacia la muchacha,

Sin duda, iba a decirme algo importante, señorita Courtney sonrió.

Ciertamente respondió Bridget, Hoy he hablado con el señor Barnand y me ha dicho que mañana, pasado a más tardar, traerá los documentos, para que usted pueda examinarlos.

Espero que no se sienta ofendido...

Al contrario, me ha dicho que se siente sumamente halagado porque un colega de tanta reputación como usted quiera examinar los documentos.

Ah, el señor Barnand me conoce sonrió Moodson.

Parece ser que sí, aunque es la primera noticia que tengo sobre el particular. También dice que, con sus consejos, el pleito puede darse por ganado.

El señor Barnand sobrevalora mis méritos, sin duda alguna contestó Moodson, a la vez que hacía una ligera inclinación de cabeza.