intermitencias, cuyo origen no se supo explicar. Un poco más a la izquierda del lugar en que se encontraba, vio una serie de peldaños de hierro sujetos a la pared, que se alejaba hacia abajo hasta desaparecer de la vista.

Russ llamó.

Dígame, señor Moodson...

Veo aquí una escalera de hierro, adosada a la pared del pozo. ¿Sabe usted qué objeto tiene?

Hay rumores acerca de esa escalera, pero nunca han sido confirmados...

Paxton se calló de pronto. Intrigado, el joven se volvió y divisó a lo lejos un vehículo todo terreno, de grandes dimensiones, que se acercaba a aquel lugar con ruidoso petardeo del motor.

Inmediatamente, comprendió lo que sucedía. Dohane había decidido empezar las obras en el pozo, pese a la oposición de su adversaria.

 

* * *

 

Estaba allí de vacaciones, era forastero y no podía intervenir en favor de una de las partes litigantes, pero le sublevó el hecho de que Dohane hubiese tomado una decisión, antes de conocer la sentencia judicial. Calmosamente, se aproximó a la cerca y pasó al otro lado.

¿A qué diablos viene ese vehículo aquí? exclamó Paxton.

Van a elevar la cerca hasta cinco metros de altura contestó Moodson. El pastor le miró atónito.

No hablará en serio dijo.

Completamente en serio, Russ. El señor Dohane ha dado orden de elevar la cerca hasta esa altura, reforzándola para mayor seguridad y construyendo, además, una puerta blindada, con cerradura especial.

Increíble se asombró Paxton. ¿Cómo lo sabe usted? Moodson emitió una ligera sonrisa.

Permítame que calle, por ahora. Pero lo sé, y usted tendrá ocasión de comprobarlo en los próximos días, si alguien no lo impide, claro está.

Es lo más asombroso que he oído en mucho tiempo manifestó el pastor. En fin, supongo que el señor Dohane sabe lo que se hace.

El vehículo, un «todo terreno» pesado, acababa de llegar a las inmediaciones del pozo y su conductor lo detuvo. Inmediatamente, se apearon cuatro hombres y uno de ellos empezó a dar órdenes a los demás:

Vamos, descarguen todo; aún tenemos que hacer otro viaje hasta el camión de transporte. Es preciso que nos demos prisa, a ver si podemos empezar la tarea mañana mismo.

¡Dudo mucho que mañana trabajen aquí! sonó de repente una voz de mujer, con tonos enérgicos. En este lugar no se va a mover una sola piedra, caballeros; y si dudan de que soy capaz de impedirlo, miren esta escopeta, por favor.

Estupefacto, Moodson se volvió y divisó a Bridget a cuatro o cinco pasos de distancia,