que revoque la operación de venta.

Moodson se acercó discretamente a una de las ventanas. La otra mujer era mucho más joven que Zoé, ya que aún no había cumplido los cuarenta años y se le veía un cuerpo de carnes firmes y todavía con muchos atractivos. Debía de ser la tal Peggy Barstow que había mencionado Kipple aquella misma mañana.

Ojalá todo se te resuelva pronto y a tu favor. Peggy deseó Zoé. Y ahora, perdóname, pero tengo trabajo...

Zoé dio medio vuelta y entró en la casa. Al ver a Moodson, se puso colorada.

Dispense, señor; estaba hablando con una buena amiga a la que hacía tiempo no veía dijo.

No se preocupe, señora Hicks sonrió el joven. Oiga, me gustaría hacerle una pregunta, si no tiene inconveniente, claro.

Ninguno, señor. ¿De qué se trata?

Por casualidad he oído esta mañana el nombre de su amiga. Lo mencionó un tal Jared Kipple...

Zoé hizo una mueca de disgusto.

Ah, sí, ya quién es. No es mal hombre, aunque tampoco tendrá jamás dolores en el espinazo por trabajar demasiado. Le gusta más la escopeta, no sé si usted me entiende.

Sí, desde luego. Tengo entendido que es... muy amigo de la señora Barstow.

Son algo más y no se pueden mencionar los lazos que les unen. Ella es viuda y él es un solterón recalcitrante, que quiere tener todas las ventajas de un marido, sin ninguno de sus inconvenientes. Además, Peggy tiene un buen pasar, mientras que Jared no cuenta prácticamente más que con su escopeta. Créame, señor; si yo fuese Peggy, le plantearía la cuestión muy seriamente... o rompería con él para siempre.

Peggy, seguramente, piensa de un modo muy distinto a usted opinó el joven.

Salta a la vista, señor. Peggy ha perdido el seso por él y eso es lo peor que puede ocurrirle a una mujer.

Quizá el señor Kipple posea algunas virtudes que nosotros desconocemos dijo Moodson maliciosamente.

Zoé exhaló una sarcástica carcajada.

¿Virtudes, señor? Pocas, pocas, créame... Con su permiso, tengo trabajo.

Zoé se alejó. Moodson se dispuso a cargar su pipa. Empezaba a darse cuenta de que Buthbury no era el pueblo apacible y de idílico ambiente que había supuesto en los primeros momentos. «Debajo de una tapa muy agradable, había bastante podredumbre», pensó.