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—Mon amour, tienes una llamada. Parece importante.
Pascal le pasó el teléfono a su mujer.
—¿Mazarine Cavalier? —preguntó alguien al otro lado de la línea.
—Sí…
—El presidente de la república desea hablarle. Por favor, no cuelgue.
La voz monocorde de una secretaria la dejaba con una música. Al cabo de unos segundos…
—Señora Cavalier, es un placer comunicarle que la reconstrucción de La Ruche ha finalizado. Dada la imposibilidad de trasladar el cuerpo de Sienna, y siguiendo sus recomendaciones, todos los trabajos se realizaron aislándolo con una sólida estructura de acero. La obra ha quedado monumental. Un templo sagrado que, con usted a la cabeza, no me cabe duda será un formidable centro de creación artística.
Con la entrega de La Ruche, Louis Renard cerraba su capítulo como jefe oculto de la Orden de los Arts Amantis.