Capítulo 22
—TOMA. —Michael me dio un vaso de agua muy fría y se sentó en el sofá a mi lado—. ¿Seguro que no quieres nada de comer?
—Deja de hacerte el loco. Quiero respuestas. —Coloque el vaso encima de mi muslo, observando como formaba un anillo de agua encima de mis tejanos—. Me estabas diciendo algo sobre Kaleb.
—Ah sí, Kaleb. —Aspiró profundamente—. Se apellida Ballard. Es hijo de Liam Ballard. Tardé unos segundos en atar cabos. Cuando lo conseguí, me quedé helada.
—¿El mismo Liam Ballard qué fundó La Esfera?
—El mismo. Liam Ballard fue mi mentor. Murió hace seis meses.
—Michael —dejé salir el aire contenido. Me ahorré el pésame; no ayudaba nada lamentarse de algo irrevocable.
Su mirada se endureció y reapareció esa mezcla de rabia y tristeza que ya había visto la primera vez que habló de Liam.
Echó la cabeza hacia atrás, fijó su mirada en el techo y empezó a hablarme de hechos en lugar de sentimientos.
—Unos años antes de cerrar el departamento de parapsicología, creó una nueve filial.
—Sí. Ya lo leí en la prensa cuando cerró el laboratorio. —Acaricié el borde del vaso con el dedo corazón—. Le faltaba más trayectoria o fondos.
—Liam fundó La Esfera para servir al sector privado. Por razones morales. —Levanto la cabeza, sin mirarme—. Fue muy importante para él, hasta la muerte. Ya sabes cómo se siente uno cuando tiene un don especial y no tiene ni idea de cómo usarlo o que hacer. Liam se había propuesto crear un entorno seguro para nosotros. Para ayudarnos y encontrar la manera de hacer algo diferente en el mundo y evitar hacer daño.
—Pero tú te fuiste. Ya no formas parte de La Esfera —advertí.
—Cuando Liam murió, lo sustituyó Jonathan Landers. —En su rostro se dibujaba el descontento—. Yo no quería que Landers me representara y también le debía lealtad a La Esfera y a Liam, así que me fui.
—¿Por qué?
—Para empezar, porque está obsesionado por encontrar los informes de las investigaciones de Liam. Kaleb los ha mantenido ocultos bajo llave y los está intentando sacar de casa, pero Landers y sus acólitos están siempre al acecho. Quiere algo muy concreto y lo tiene todo bien organizado. Lo presiento.
—¿Y por qué no te quedaste en La Esfera para vigilarle?
—Hay otras prioridades. —Me miró y me sentí como una hamburguesa con patatas fritas—. Además, Kaleb tiene una razón de peso para quedarse en la casa.
—Si los dos son tan amigos, ¿por qué les preocupaba tanto que los vieran?
—Porque Landers no sabe donde estoy ni que hago y quiero que continúe así. He intentado mantenerte alejada de su radar. —Se masajeó las sienes en círculos, como si le doliera la cabeza—. Y a ti solo le ha faltado aporrear la puerta de la casa.
Omití comentarle lo cerca que había estado.
Michael contorneó el cuello y estiró la nuca. Quizá tenía los músculos tan tensos como yo y le venía bien un masaje. En lugar de tocarle, me baje del burro y me disculpé.
—Lo siento. Por haber ido a La Esfera; por no confiar en ti y por espiarte. —Levanté las manos en gesto de sumisión—. Por todo.
—Perdóname por ser un idiota sobreprotector sin querer dar explicaciones. Para Landers, no servimos para nada. Si pudiese, me utilizaría para viajar al futuro con el fin de manipular el presente —encontrar curas para enfermedades, economía, crisis energética.
—¿Por eso tenías tanto miedo de que me viese? ¿Crees que me enviaría al pasado a… comprar acciones de Google o algo parecido? —Seguramente no se debía solo a eso su secretismo. O su rabia—. ¿Y crees que yo no haría nada?
—No se trata de eso. —Se movió inquieto en el sofá y se acercó a mí. El corazón me dio un salto—. Es una situación mía. El tipo está obsesionado con el pasado y a mí me daba miedo que te lavara el cerebro. Ya sé que no es el caso, pero no lo he sabido hasta después de conocerte; de hablar contigo.
Le miré a los ojos. Quería saber qué pensaba cuando me miraba. Volví la cabeza y me mordí el labio mientras le daba vueltas a la pregunta, que al final formulé.
—¿Y tu veredicto?
—Confío en ti —me dijo—. Y por eso te tengo que pedir ayuda.
—¿Ayuda para qué?
—Para pararle los pies a Jonathan Landers.
—¿Pararle los pies por qué?
—Por haber asesinado a Liam.