40

40

Solaris VII (El Mundo del Juego)

Rahneshire, Mancomunidad de Lira

6 de mayo de 3027

El chasquido de la pistola al cargarse fue lo bastante ruidoso para despertar a Justin de su somnolencia. Aún adormilado, levantó la cabeza y miró con los ojos semicerrados a Tsen Shang. La silueta del agente de la Maskirovka se distinguía a contraluz de la lámpara del escritorio y parecía tan oscura como su ropa. Sólo se reflejaba un destello de luz en el largo cañón del arma que portaba.

Justin apartó una almohada y se sentó en la cama, apoyándose en la cabecera. Levantó la mano izquierda para protegerse la vista de la fuerte luminosidad de la lámpara y sonrió.

—Puedes bajar la pistola.

Tsen Shang ladeó ligeramente la cabeza a la derecha.

—¿Ah, sí? Tú asesinaste a Gray Noton, aunque podría añadir que de una manera impecable. ¿Por qué debería confiar en ti?

Justin se encogió de hombros.

Shang levantó el cañón de la pistola.

—Noton tenía un documento que debía entregarme.

Habíamos acordado un precio. Te pagaré la misma cantidad si me lo das.

—No hay trato.

Shang volvió a apuntar a la cabeza de Justin.

—No voy a negociar contigo, Xiang. Sólo tengo que disparar y poner cabeza abajo todo este lugar hasta que lo encuentre.

—No lo encontrarás. Lo destruí, y deberías darme las gracias por ello —respondió Justin.

Shang no movió el arma.

—Explícate —dijo.

Justin sonrió y asintió en actitud indulgente.

—En pocas palabras: Noton trabajaba con la DCE para poner en el disparadero a la Maskirovka. El documento que yo tenía os habría tentado a emplear hombres, ’Mechs y dinero en una operación que os habría costado muy cara.

Shang bajó la pistola, pero no la enfundó.

—Sigue —le ordenó, y apartó la lámpara de manera que no continuara cegando a Justin.

—Aquél documento era una lista de pasajeros de una nave conocida como Silver Eagle. Reconocí los pseudónimos de dos pasajeros: son los nombres que usan mi padre y su esposa cuando salen de viaje. Al cabo de un par de días, la Maskirovka habría descubierto esas identidades. Ya ves lo valioso que es ese cargamento.

Shang asintió.

—La Silver Eagle, según Noton —prosiguió Justin—, debía ser secuestrada y conducida a cierto planeta, habrías podido enterarte del nombre pagándole, donde los pasajeros permanecerían cautivos hasta que se pagase el rescate. Seguramente, la Confederación de Capela no dejaría pasar la ocasión de atrapar al jefe de seguridad de Davion, sobre todo a su regreso de una misión secreta en la Mancomunidad de Lira.

—No, sería una pieza demasiado importante para dejar que se nos escapara de las manos. —Shang se sentó a los pies de la cama de Justin—. ¿Cómo te enteraste del engaño?

Justin sonrió.

—Superstición. Mi padre y su esposa no viajaban nunca en la misma Nave de Descenso, para impedir que sus hijos quedaran huérfanos en caso de que se estropease un propulsor K-F. —Justin se inclinó hacia adelante—. Lo que más me hizo sospechar fue que, cuando estaba internado en el hospital, vi a un hombre que era idéntico a Hanse Davion, y a otro que tenía el mismo aspecto que mi padre. Al parecer, aquellos dobles habían sido preparados para engañar a alguien. Sé que Davion quiere vengarse de Liao, pero no sé la razón.

Justin vio que Shang parecía abstraerse. Dos partes de rumores de hospital, otra parte de puras tonterías y unas gotas de anécdotas familiares. Éste coctel debería disipar las sospechas de Shang el tiempo suficiente para salvar a Andrew por el momento. Ahora, el toque final.

—Busca en el bolsillo de mi chaqueta.

Shang abrió el cierre del bolsillo con las uñas afiladas de su zurda y sacó unas hojas plegadas. Al desdoblar el documento, vio que eran papeles de identificación de la Federación de Soles, con la foto y la descripción de Noton. Los examinó y soltó un gruñido.

—Le han proporcionado una identidad nueva.

Justin asintió.

—Intenté razonar con él, para impedirle que te vendiera la lista. Parece que creía que sólo perderías un regimiento al tratar de capturar la nave. Yo le dije que te enfadarías, pero él contestó que te pediría disculpas desde su chalé de Verde. Luego propuso la venta de algunos aspectos de su operación aquí, en Solaris. —Justin levantó el puño izquierdo y lo dejó caer sobre la cama con un ruido sordo—. Yo decliné su oferta.

Shang se metió los documentos de identificación en su propio bolsillo.

—Interesante —comentó. Inclinó la cabeza y se dirigió a la puerta de los espartanos aposentos de Justin—. Volveremos a vernos, Justin Xiang. Por ahora, permíteme que te exprese la gratitud de la Maskirovka por todo lo que has hecho.

Justin asintió con satisfacción.

—Apretarle los tornillos a Hanse Davion es un placer muy especial para mí. —Entornó los ojos y tabaleó sobre la barbilla con el dedo índice de la mano derecha—. Me pregunto cómo le sentará al Príncipe la muerte de Philip Capet.