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Dennis tomó la pistola de manos de Brian y la dejó sobre la mesa.

Mary estaba tan cerca, que Dennis pudo oír su voz preguntándole:

—¿Por qué?

—Luego hablaremos, Mary —le respondió. Sujetaba a Brian por los hombros—. Los dos muchachos parecían vulnerables, débiles, como si hubieran caído en una pesadilla de la que no podían despertar.

Dennis dio unos pasos hacia el lugar donde yacía Williams, pero no consiguió llegar hasta él.

Mary, en cambio, dio la vuelta por el otro lado y encontró un hueco. Lo habían tendido en el suelo y, por la palidez de su rostro, pudo ver que estaba muerto. Tenía el cuerpo lívido e inmóvil. Se arrodilló junto a él y le tocó la mano, pero él no reaccionó al tacto.

—Profesor... —murmuró. Nada. El hombre que había interpretado el papel de Marco le estaba practicando un masaje cardiaco y todos los actores y actrices observaban pasivamente. Toda afectación había desaparecido del aula. Finalmente había bajado el telón.