Agradecimientos
Quiero expresar mi mayor gratitud al maravilloso y muy añorado Giles Gordon. Siempre me sentí orgullosa de decir que era mi agente. Aún me siento así. Y un agradecimiento muy especial para Jonny Geller, por todo lo que ha hecho desde que Giles nos dejó.
Por el aliento que me ofrecieron cuando comenzaba la escritura de este libro, doy las gracias a Geoff Ryman, Alison Paise (también muy añorada) y Tinch Minter y su grupo de escritura, en especial Julian Hall.
Y por haberme apoyado a lo largo del camino, muchas gracias a mis padres Janet y Stuart, a Patrick y Teresa Nielsen Hayden, Ellen Datlow, Terri Windling y Neil Gaiman, cuya generosidad hacia otros escritores nunca dejará de asombrarme. Y también a aquellos que me ayudaron con el lenguaje: Stuart Clarke, Samantha Evans, Patrick Marcel y Giorgia Grilli. Y a Nicholas Blake, que me ayudó con los espinosos problemas que plantean las campañas napoleónicas y la historia naval (huelga decir que los posibles errores son todos de mi entera responsabilidad). Y a Antonia Till, por sus perspicaces comentarios y agudas sugerencias. Y a Elizabeth Longford, autora de Wellington, así como a Christopher Hibbert y Ben Weinreb, autores de The London Encyclopedia, por escribir obras que me fueron sumamente útiles. A Jonathan Whiteland, quien generosamente me ofreció su tiempo y pericia en el campo informático para que este libro se escribiese.
Y, por encima de todo, a Colin, que hizo todo lo demás para que yo pudiese escribir, que nunca se quejó, y sin el cual es muy probable que este libro nunca hubiera visto la luz.