[UNA VEZ MÁS VOLVÍ SOBRE AQUEL HOMBRE]
Abandonado en las montañas del corazón…
Una vez más volví sobre aquel hombre
que lucha abandonado
en las montañas de su corazón,
el aroma de los valles.
Él bebió cual la noche bebe el viento su respiración última.
Estaba allí de pie y bebió el aroma,
bebió y se arrodilló una vez más.
Sobre aquellas regiones pedregosas
estaba derrumbado el valle del cielo.
Los astros no colectan aquella plenitud
que transportan las manos de los hombres,
sino que andan callados, atraviesan de oídas
una cara que llora.
Irschenhausen, septiembre de 1914