[TRAS INOCENTES ÁRBOLES…]
Tras inocentes árboles la antigua
Fatalidad perfila lentamente
el mudo rostro.
Se le imprimen arrugas…
Si aquí un pájaro chilla,
estalla allí un rasgo de dolor
sobre la áspera boca de adivino.
Oh y aún se sonríen, inmunes al adiós,
aquellos que ya pronto se amarán,
cuando en torno a su cuerpo, su destino
como constelación,
por la noche avivado,
ve su ocaso y su aurora.
No alcanza a ser vivido aún por ellos,
aún habita suspenso en el celeste itinerario
una leve figura.
Heiligendamm, agosto de 1913,
Ámbito de las Elegías de Duino