[MIRA ESE LEVE INSECTO…]
Mira ese leve insecto: cómo juega
sin abandonar nunca el útero protector.
Naturaleza lo esbozó,
lo recibió, lo dio a luz y ahora lo tolera;
y es en el mismo espacio maternal
donde vive y dispensa su íntimo tiempo,
brincando en ese cuerpo como el pequeño San Juan,
mientras crece el asombro en la pupila
dilatada del animal mamífero.
París, principio del verano de 1914